La Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) realizará, este fin de mes, una asamblea general, matizada por duras divergencias entre al menos dos grupos y con acusaciones de supuesto manejo irregular de fondos.
La división se da entre un sector que denuncia las presuntas irregularidades, y otro que rechaza el manejo público del caso y una eventual concentración de poder.
El primer grupo apoya a la actual presidenta de Cadexco, Mónica Araya, y se prepara para llevar las auditorías a la asamblea.
El otro grupo afirma que Cadexco está secuestrada por los adeptos a Araya y se alista para lanzar un candidato a la presidencia del gremio y evitar la continuidad de quienes manejan la Cámara.
Se espera que ambos grupos presenten candidatos a la presidencia de la organización, lo cual calentará más los ánimos.
Araya no quiso referirse ayer ni a esos informes de auditoría ni a documentos que
El traslado se habría hecho primero mediante el pago de contratos de servicios profesionales a grupos o personas, que debían devolver una parte a la Administración, según la documentación conocida.
También se habrían pagado alquileres mientras nunca se concretó ninguno de ellos.
El tema de las supuestas irregularidades administrativas en Cadexco salió a la luz pública el pasado 26 de enero y generó la destitución del vicepresidente ejecutivo de la entidad, Sergio Navas.
La Junta Directiva, encabezada por Araya, adujo que había contratos de servicios externos sin informar a la Junta y con suplantación de su firma. Se le despidió por pérdida de confianza.
El caso se presentó ante el Ministerio Público, que aún realiza las indagaciones. Se cree que los informes de auditoría serán entregados como parte de las pruebas.
La empresaria reconoció ayer que tiene interés en luchar por la presidencia de la Cámara, y fue tajante en el sentido de que lo hace para evitar la continuidad de los actuales dirigentes.
Ella fue uno de los directivos que renunció días después de que Araya hizo público, en conferencia de prensa, el problema del manejo de fondos de cooperación.
Bonilla aseguró que no tiene nada personal contra Araya y su grupo, y que respeta el ordenamiento de la Cámara hecho hasta hoy, pero insistió en que la presidencia debe estar en manos de un exportador que viva el problema diario del sector y, por tanto, los represente.
La empresaria solicitó que se informe lo antes posible de la fecha de la asamblea general pues se la ha retrasado durante varios meses.