Washington. AP. Inmerso en una intensa lucha para reducir la deuda nacional, el presidente Barack Obama enfrenta un dilema incluso si logra alcanzar un acuerdo con el Congreso: ¿cómo convencer a los estadounidenses de que el esfuerzo ayudará a crear los empleos que el país necesita desesperadamente?
Obama insiste en que recortar el déficit está relacionado con la creación de empleos, porque equilibrar las finanzas del país fortalecerá la confianza de las empresas y las alentará a contratar nuevos trabajadores.
Sin embargo, es difícil convencer a los millones de desempleados del país del mérito de ese argumento, y el problema de comunicación se acaba de agudizar.
El más reciente indicador económico, difundido el viernes, fue un golpe duro que mostró que los empleadores sólo añadieron 18.000 puestos de trabajo en junio. Mientras tanto, los líderes del país están inmersos en negociaciones para lograr un importante acuerdo de reducción de la deuda, sobre la base de un recorte de gastos y el incremento de impuestos. No está dirigido directamente a la creación de empleos.
El reto de Obama es vincular todo eso de manera coherente y lograr resultados rápidos. Están en juego la recuperación económica del país y sus oportunidades de reelegirse.
La deuda es el problema más urgente para Obama y el dividido Congreso porque no tienen alternativa. Alcanzar un acuerdo es clave para ganar el apoyo de los republicanos con el fin de elevar el limite del endeudamiento nacional, una decisión políticamente nociva que el Congreso debe tomar a más tardar el 2 de agosto a fin de evitar el riesgo de que el país caiga en una moratoria de pagos de sus obligaciones financieras por primera vez en su historia.