Cutris, San Carlos. Francisco Fernández Solórzano, de 23 años, nacido en Acoyapa, departamento de Chontales, en Nicaragua, envía desde Costa Rica remesas a su hermana mayor Violeta.
Fernández, quien tiene cuatro años de trabajar en el país y es padre de Aldo Evenor, de ocho meses, contó que antes de la crisis económica, que se agudizó a finales del 2008, él le enviaba a Violeta hasta $200 mensuales. Luego bajó a $140 y en la actualidad envía solo $100.
Fernández es de los que aún no ve señales de recuperación.
“Creo que todavía estamos sintiendo la crisis. La comida está más cara, la electricidad y otros servicios básicos también, mientras que los salarios no aumentan gran cosa”, comentó ayer.
“Yo quisiera enviar más plata, pero mi situación no me lo permite”, comentó Fernández, quien trabaja como peón en actividades agropecuarias como lechería y cultivo de piña.
Él opina que esa misma realidad la están viviendo la mayoría de sus compatriotas que trabajan en Costa Rica en actividades agrícolas.
Señaló que los nicaragüenses con más preparación académica y más ingresos posiblemente estén enviando más dinero a sus familias en Nicaragua.