No obstante, en los debates que sirvieron para proponer enmiendas no vinculantes a los proyectos de ley de implementación de los tratados, ambos partidos se mostraron dispuestos a seguir negociando para salvar las diferencias.
“No voy a cerrar la puerta. (...) Hay oportunidad desde hoy hasta que el presidente envíe las leyes finales para encontrar otra manera” para aprobar tanto los TLC como un programa de subvenciones a trabajadores llamado TAA, dijo el jefe de la Comisión de Finanzas del Senado, el demócrata Max Baucus.
La renovación del TAA, que expiró en febrero, se encuentra en el núcleo de las discrepancias.
Ese programa, que con un costo de $1.000 millones para ayudar a trabajadores afectados por el comercio exterior es rechazado por oneroso por los republicanos, fue vinculado al acuerdo comercial con Corea del Sur por el Senado, dominado por los demócratas.
Por su parte, la mayoría republicana en la Cámara rechazó incluirlo dentro de los proyectos de ley de los TLC en el debate de ayer.
Dichas discusiones informales fueron un paso crucial para que los legisladores presenten enmiendas a los TLC, que serán estudiadas por la Casa Blanca.
Una vez que el Gobierno envíe los acuerdos, estos deberán ser aprobados o rechazados por el Congreso, sin modificación, según las reglas para leyes comerciales.
El jefe de la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara, el republicano Dave Camp, se mostró abierto a estudiar la renovación del TAA, solo si es separado de los TLC.
“Sin importar qué decidirá la Cámara, el Senado y el Gobierno sobre el TAA, algo está claro: no podemos permitirnos que estos acuerdos languidezcan. El resto del mundo avanza y arriesgamos perder mercados y puestos de trabajo si no actuamos”, dijo Camp.