El Dow Jones de Industriales, el índice de referencia de la principal plaza financiera del mundo, respondió inmediatamente con números rojos a la noticia de que la economía estadounidense tuvo en junio una ganancia neta de apenas 18.000 puestos de trabajo y el índice de desempleo subió una décima y se situó en el 9,2 %, el nivel más alto desde diciembre pasado.
Los datos ofrecidos por el Departamento de Trabajo quedaron muy lejos de los cálculos de los analistas, que habían previsto un aumento de unos 110.000 puestos de trabajo el mes pasado, lo que hubiese dejado el índice de desempleo en el 9,1%, sin cambios desde mayo.
Con esos decepcionantes datos en la mente, los inversores se decantaron por las ventas desde el primer minuto de contrataciones en Wall Street, y ese ánimo no hizo más que incrementarse hasta la media sesión.