El déficit financiero del Banco Central alcanzó en los primeros cuatro meses de este año ¢63.923 millones, lo cual equivale a un 0,2% de la producción.
El resultado es un poco más bajo que el observado en el mismo periodo del año anterior, que fue de 0,3% de la producción.
El déficit es la diferencia entre los gastos y los ingresos de la entidad y cada año pasa a engrosar las pérdidas acumuladas del Banco Central.
Dichas pérdidas alcanzaron en mayo pasado un monto de ¢1.829.101 millones, lo cual representa un 7,4% de la producción interna estimada para este año.
Estas pérdidas se originaron en los años 70 por operaciones que hizo la entidad con el resto el sector público y se agudizaron a inicios de los años 80.
El presidente del Banco Central, Olivier Castro, explicó que un factor que afecta el déficit del Banco Central y las pérdidas es la acumulación de reservas en dólares que ha tenido que hacer la entidad ante los ingresos de capitales.
El Banco ha comprado los dólares de los capitales que ingresan para evitar que el precio de la divisa caiga y paga con colones que pone a circular en la economía.
Castro explicó que la entidad coloca esos dólares en el exterior donde la tasa de interés que obtiene es menor a la que debe pagar dentro del país por los bonos que tiene que vender para recoger los colones que emite al comprar esos dólares con el fin de evitar presiones sobre la inflación.
No obstante, añadió, si el Banco no hubiera acumulado estas reservas el precio de la divisa hubiera caído y afectado más al sector exportador.
El expresidente del Banco Central, Jorge Guardia, quien ha abogado por la flotación del dólar, no comparte este argumento.
“No comparto la tesis de que el Banco Central tenía que intervenir en la banda inferior para evitar que el tipo de cambio cayera. Al flotar la moneda, se introduce un elemento de incertidumbre que repliega los capitales especulativos”, dijo.
Para Guardia, ahora el Central está en una situación incómoda que se buscó.
Para Máx Alberto Soto, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad de Costa Rica, la compra de divisas por el ingreso de capitales fue transitoria y si no se hubiera hecho los daños para la economía podrían haber sido permanentes.
Pese a este efecto, el déficit del Banco Central se ha mantenido estable entre el 2008 y el 2011 en alrededor de 0,6% de la producción por año.
Para este año la entidad prevé que su faltante alcanzará un 0,8% de la producción.
Consultado sobre si las pérdidas del Banco Central siguen siendo un problema pues actualmente no se habla mucho del tema, Castro manifestó que han bajado.
“Yo diría que con todo lo que ha pasado las pérdidas hoy son relativamente bajas, no es que no me preocupe, pero no es algo por lo cual uno no pueda dormir”, dijo.