Desde que Cargill compró Pipasa, hace poco más de un mes, la vida de Bruce Burdett –máxima cabeza de la firma estadounidense en Centroamérica– pasa entre San Pedro Sula, Honduras, y Belén, Heredia.
Es en aquella ciudad hondureña donde Cargill tiene su sede administrativa para la región; sin embargo, Burdett adelantó que la empresa deberá analizar si traslada esas funciones centrales al cantón herediano.
Y es que el tamaño de Pipasa, más la operación de Cinta Azul (que adquirió en 1999), justificarían esa decisión, así como el cansancio que produce tomar un avión los lunes en la mañana desde San Pedro Sula y regresar los viernes.
“Ahora que tenemos un negocio tan grande, y dado que Costa Rica es un país mucho más atractivo, hay argumentos para decidir si deberíamos centralizar operación aquí, pero es una decisión que no tomaremos rápido”, confesó.
Cargill reconoce que Pipasa es una marca muy reconocida, muy respetada y que es líder en el mercado; que tiene productos de muy alta calidad y con fuerte demanda.
La primera reunión la tuvimos en 1994 o 1995 con Calixto Chaves (entonces dueño de Pipasa) y, desde entonces, nos reunimos en varias ocasiones. En las últimas reuniones no sabíamos si cerraríamos el acuerdo, pero afortunadamente se logró el 27 de mayo.
Encontramos varias cosas: un equipo de gerencia muy capaz y que valora lo que el cliente piensa de la empresa. Es gente que está asimilando los procesos de Cargill.
Queremos seguir conociendo la empresa; asegurarnos que el negocio funciona; integrar, por ejemplo, los sistemas de contabilidad de toda la corporación. Este proceso nos tomará aproximadamente unos 18 meses.
Estamos claros en que ambos negocios deben integrarse, aunque esto no supondrá que algunos de los nombres (Cinta Azul y Pipasa) vaya a desaparecer. Sí vamos a efectuar los estudios necesarios sobre nuestras marcas.
Hay un plan de inversión entre los $60 millones y los $80 millones para mejorar la distribución y, eventualmente, para la fusión de nuestras dos marcas.
”Hay oportunidades de reorganizar la red de distribución de Pipasa, porque actualmente es un poco ineficiente al no haber un centro que abastezca a todos los vehículos. Además, hay que modernizar la flotilla”.
Nosotros creemos en el libre comercio y se trata del comercio justo. Hay otros actores en el mercado y, al final, el consumidor es el que resulta ganador.
Vamos a analizar y entender la estructura para ver por qué hay puntos que son menos exitosos: si es por ubicación, por competencia o porque no estamos apoyando suficientemente.