Los pequeños productores de café solicitan cambios en el Plan Nacional de Renovación de Cafetales, pues los actuales requisitos frenan el acceso a la línea de crédito.
Las garantías son difíciles de aportar, pese a que el plan se financia con recursos provenientes del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), advirtió Hernando Ureña, gerente de la Federación Nacional de Cooperativas de Café (Fenac-café) y presidente de la empresa CooproSanVito.
Además, el cafetalero le teme a asumir una deuda actualmente, cuando la rentabilidad no es muy buena, pese a los altos precios internacionales del grano.
El quintal (46 kilos) de café para entregar en mayo cerró el viernes pasado a $272,80 en la Bolsa Mercantil de Nueva York. A inicios de junio del 2010 estaba en un promedio de entre $140 y $150 por quintal.
El programa va dirigido especialmente a los pequeños productores. Datos del Icafé indican que arriba del 90% de los 52.000 cafetaleros registrados califican como pequeños productores.
La viceministra de Agricultura y Ganadería (MAG), Xinia Chaves, explicó que efectivamente hay alguna inquietud en cuanto a las garantías. Adelantó que el Ministerio pedirá una revisión en el Consejo Rector del SBD, donde tiene asiento la titular de esa cartera, Gloria Abraham.
Ureña explicó que se le pide a los productores una garantía real (hipotecar las fincas) o una garantía fiduciaria (fianza de otra persona).
Muchas de las fincas de los cafetaleros ya están comprometidas, por un lado, y en muchos pueblos cafetaleros la totalidad de personas tiene su propia pequeña propiedad y no recibe salario, por lo que no puede fiar a nadie. “El único que tiene patrono y salario es el policía y él no está dispuesto a fiar a nadie”, argumentó Ureña.
Otro de los problemas es que algunos cafetaleros pidieron créditos en otras ocasiones y, muchas veces, no pudieron mantener la deuda al día en épocas de precios bajos. Este historial crediticio lo saca del sistema y dejan de ser sujetos de crédito para los bancos.
Pese a los problemas, la viceministra Chaves confía en que conforme se acerque la época lluviosa (se inicia en mayo), propicia para sembrar las plantas, suba el interés por la renovación y crezca la oleada de solicitudes de préstamos.
Uno de los aspectos que más puede ayudar a convencer a los productores, dijo, es el alto precio del grano, lo cual permite invertir.