Según el ministro de Hacienda, Guido Mantega, las medidas son necesarias para hacer frente a la creciente competencia internacional por mercados que, a su juicio, ha sido agudizada por la crisis financiera global.
"Hoy vivimos una crisis internacional en el exterior. Acá no tenemos crisis, pero eso agudiza la competencia y tenemos que adoptar siempre medidas para que la producción brasileña sea más competitiva", expresó el ministro.
Mantega agregó que, además de los créditos a ser concedidos por el Exim-Brasil, el gobierno creará un fondo garantizador de comercio exterior, que operará en una etapa inicial con reservas de 12.000 millones de reales (unos $6.800 millones): "Hay una mayor demanda por garantías en las exportaciones", aclaró.
Además, el ministro anunció que el gobierno acelerará la devolución de parte de los tributos pagados por empresas que destinen a mercados externos más del 30 por ciento de su producción. Ese proceso, que hoy llega a tardar cinco años, será abreviado a 30 días.
El paquete de medidas incluye además la creación de una línea de crédito de 7.000 millones de reales (unos $3.980 millones) para las exportaciones de bienes de consumo. La financiación será concedida por el Banco de Desarrollo de Brasil (BNDES), a tasas de interés de entre un siete y un ocho por ciento anual.
Las nuevas medidas fueron anunciadas en momentos en que Brasil enfrenta una fuerte caída en su superávit comercial, a raíz del aumento de las importaciones a un ritmo mucho más acelerado que el incremento de las exportaciones.
Según anunció este lunes el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, entre enero y abril el país sudamericano acumuló un superávit comercial de $2.175 millones, lo que supuso una caída del 67,4% frente a igual período del año pasado.