“El problema cambiario solo será resuelto cuando haya una recuperación de los países avanzados, que va a demorar bastante tiempo”, declaró el funcionario, en una conferencia de prensa.
Brasil, la principal economía latinoamericana, acusa a Estados Unidos y China de practicar políticas que mantienen devaluadas sus monedas, mientras el real se valoriza. Como resultado, la industria brasileña pierde competitividad y aumentan las importaciones.
“Las previsiones pesimistas” sobre la economía de Estados Unidos hacen temer que ese país “continuará haciendo esa política monetaria expansionista, lo que significa que continuaremos teniendo una guerra cambiaria en los próximos años”, dijo Mantega.
El ministro estimó que la reducción de medio punto porcentual en la tasa básica de interés, aprobada esta semana por el Banco Central en Brasil, puede ayudar a mantener el real menos apreciado.
“Si la tasa de interés empieza a caer, tendremos una situación más favorable en la guerra cambiaria, señaló, y agregó que un dólar a “1,63 o 1,64 (reales) ayuda” en ese objetivo. El real brasileño ronda, actualmente, los 1,6 por dólar.