Goldman Sachs, JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup y Morgan Stanley recibieron $135.000 millones en conjunto del Departamento del Tesoro de EE. UU. y obtuvieron miles de millones más en préstamos de la Reserva Federal (banco central, Fed) en el 2008 y el 2009.
Esa inyección masiva de fondos públicos, los persistentes bajos tipos de interés y la compra masiva de activos de renta fija por parte de la Fed los ha puesto ahora en una posición privilegiada.
El resultado ha sido el florecimiento de sus operaciones, sobre todo en las áreas de banca de inversión y negociación de deuda y acciones, con ingresos de $93.700 millones en los primeros nueve meses del año.
Influyentes economistas del país se echan las manos a la cabeza al ver esas cifras.
“El que esto esté sucediendo en un año en el que el desempleo (en EE. UU.) es del 9,8% representa un gran simbolismo ” , dijo Simon Johnson, execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) .
“Y el problema no son solo los beneficios, sino las bonificaciones (...), algo que me parece del todo inapropiado” , añadió Johnson.
Los banqueros de Wall Street esperan llevarse a casa menos dinero este año que el pasado, pero, aun así, las sumas que se manejan no son nada desdeñables.
Goldman Sachs, por ejemplo, apartó en los nueve primeros meses del año $13.000 millones en carácter de compensación y bonificaciones, un 20% menos que el año pasado, pero equivalente todavía a $367.000 por empleado.
Y se espera que los salarios de las 35 principales firmas de servicios financieros de Wall Street alcancen los $144.000 millones, un 4% más que en el 2009.
“Seamos sinceros, vaya, el 2010 va a ser un año más que bueno” , dijo el lunes al diario
Menos entusiasta es Daniel Kaufmann, exdirector del Departamento Anticorrupción, del Banco Mundial (BM) , quien dijo que los “estratosféricos beneficios” de los grandes bancos reflejan su enorme influencia en Washington.
“No hay que olvidar que a la banca mediana y pequeña le ha ido mal este año” , insistió Kaufmann.
El problema, dice el experto, es que fueron los grandes bancos los que se hicieron con el grueso del rescate público y, además, presionaron para que se suavizaran las medidas más duras de la ley de reforma financiera.
Entre ellas está la iniciativa del expresidente de la Fed Paul Volcker, quien propuso que los bancos no pudieran usar su dinero para intermediar en los mercados, lo que en EE. UU. se conoce como “