El Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) abrió un programa de capital semilla o aportes para abrir nuevas empresas.
El plan ofrece recursos hasta por ¢13 millones no reembolsables, como ayuda para la etapa inicial de apertura del nuevo negocio.
Para obtener ese beneficio, empero, quienes quieren abrir nuevas empresas deben estar afiliados a incubadoras o agencias operadoras autorizadas por el SBD.
Esas empresas incubadoras deben estar inscritas como tales en la Secretaría Técnica del sistema.
Los nuevos proyectos que finalmente califiquen para entrar en el programa deben ser propuestos por la incubadora respectiva.
Además, cada nueva firma aportará un 25% de los ¢13 millones determinados para financiar la etapa inicial, considerada la más dura.
Tras cumplir todos los requisitos y pasar la primera etapa de nacimiento, el SBD le ofrece a la nueva compañía un préstamo hasta de ¢52 millones para la llamada “etapa de fortalecimiento”.
Los plazos para la primera etapa serán determinados para cada caso por medio de las incubadoras.
Lucy Conejo, directora del SBD, señaló que el programa pretende llenar un vacío existente en cuanto a disponibilidad de recursos para el inicio de nuevas empresas.
El futuro del SBD soporta fuertes discusiones porque diversos sectores advierten que no cumple su papel de llegar a empresarios actuales y potenciales que no tienen acceso a los préstamos de la banca tradicional.
Uno de los aspectos que está en la discusión es el apoyo al nacimiento de proyectos viables.
La vicepresidenta ejecutiva de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR), Martha Castillo, dijo que el sistema de capital semilla puede ser muy positivo para los emprendimientos en el país.
Castillo explicó que quienes desean abrir una empresa se enfrentan con un problema serio de acceso al crédito, especialmente por la falta de garantías que se exigen en la banca tradicional.
La CICR advirtió, no obstante, que el exceso de trámites y permisos es quizá una traba más fuerte para dar origen a una empresa.