Jozef Miso sonríe y se atreve a algunas confesiones, a punto revivir duelos y complicidades en el partido organizado en su honor. Aquel eslovaco de frías celebraciones, revela cuánto disfrutaba anotarle a Saprissa, ni qué decir si Erick Lonnis estaba en la puerta.
Reconoce a Wílmer López como el gestor de muchos goles suyos, pero advierte que el Pato también le debe bastantes. "Y eso nunca lo dicen". Así, sin tapujos en este diálogo, Miso habló de sus viejos resentimientos con Alajuelense, las pocas posibilidades que se veía de jugar en la Sele y hasta de las pícaras razones que aún lo tienen en Costa Rica.
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