Un buen día, Adal Ramones descubrió a Costa Rica. Vino para presentar sus monólogos justo cuando el programa Otro rollo estaba en lo más alto de la televisión latinoamericana y el corazón se le quedó enganchado. Desde entonces, Ramones ha desarrollado una relación entrañable con nuestro país, al punto de que ya tiene un apartamento aquí, fundó junto con otros socios un restaurante cerca de La Sabana, participó de la película costarricense más vista de la historia, y cambia sin dificultad el "tú" mexicano por el "vos" tico.
En esta edición de Diálogos, el comediante explica su vínculo con Costa Rica; el proceso creativo detrás de sus rutinas de comedia; los planes artísticos inmediatos, y revela detalles de su reciente matrimonio (con jirafas de fondo).