Washington, D. C. Sentado junto a sus compañeros, relajado, sonriente. Es otro Marco Ureña, es uno al que la vida le da una mano para que demuestre de una vez por todas el talento del que siempre se ha hablado, el que se congeló en Rusia, pero que en Brasil, por destellos, volvió a aparecer.
Tras ser prestado del Kuban Krasnodar ruso al Midtjlland danés, Ureña llegó a Washington casi un día antes que el resto de sus compañeros, ansioso, optimista.
“Es como una liberación por todo lo que he tenido allá (Rusia), espero que todo resulte de buena manera... el cambio de club es una motivación para llegar a ese ritmo de juego que todo jugador desea”, indicó Ureña el lunes por la noche, tras la práctica en la Universidad Católica Americana, cerca de Washington.
A sus 24 años, apenas seis después de debutar en el fútbol mayor, Ureña representa una historia de paciencia, ya que desde el 2011, cuando firmó en Rusia, no suma una docena de partidos.
Las trabas del Kuban Krasnodar, que le quiere vender bastante caro, hicieron que en muchas ocasiones pretendientes del tico se alejaran, al punto que Ureña ya había perdido la esperanza.
“La verdad esta es una oportunidad –jugar en otro club– que veía muy lejos, hubo otras posibilidades de salir a préstamo, y también hubo ofertas, pero ellos (rusos) siempre dijeron que no, esto es como una liberación de todo lo que he tenido allá y espero que se dé en una buena manera”, dijo.
Todo sucedió el pasado 25 de agosto por la noche, cuando, otra vez, Ureña se había resignado a “calentar banca” en el Kuban.
“Mi representante me llamó en la noche; en realidad tenía oferta de otro club en Dinamarca, pero el miércoles me habló de esta oportunidad (Midtjlland), y el jueves viajé, todo fue de la noche a la mañana, ahorita solo espero en Dios tener ese chance de jugar”, comentó.
Pese a que estuvo en Brasil 2014 y que marcó el tercer tanto ante Uruguay, Ureña no se siente como un asiduo convocado a la Tricolor .
“Tengo que ganarme un puesto, solo quiero mantener mi línea de competencia y sumar minutos con la Selección, donde, gracias a Dios, casi siempre me va bien”.
Sonriente y relajado, así encara Marco Ureña una Copa Uncaf en la que podría comenzar a relanzar su carrera y descongelar sus goles.