Redacción
A los salvadoreños les infla el pecho su selección de fútbol playa. El esfuerzo de una decena de pescadores que rompieron paradigmas para ser cuartos del mundo alivianó una carga tan pesada que dos años después aún influye en su idiosincrasia: el amaño de partidos de la Selecta.
El descaro de Al Capone para cubrir sus desfalcos haciéndose pasar por un vendedor de antigüedades es cualquier cosa a la par de un grupo de 16 jugadores coordinando reuniones privadas, en sus propios autos, para acordar los montos que recibirían por cometer un penal o permitir que les anotaran un gol.
Vea el especial de la Copa Oro.
Aquellos encuentros terminaron en consecuencias imborrables: 14 jugadores suspendidos de por vida del fútbol en el 2013 y otros dos con graves sanciones.
Según las investigaciones, uno de los partidos amañados fue ante Costa Rica, en un duelo amistoso que se desarrolló en San Carlos en octubre de 2010. No hay que ser mal pensado para ver lo obvio; dos penales cometidos por los cuscatlecos, uno de ellos por Mardoqueo Enríquez (suspendido de por vida) en apenas dos minutos. El partido finalizó 2 por 1 a favor de la Nacional.
Ningún futbolista tiene la cara cortada pero el país aún sangra por una herida hemorrágica.
El desahogo terminó siendo el fútbol playa; la televisión local transmite sin falta todos los juegos en el coliseo de arena. La cadena FOX Sports retransmitió la victoria de la Sele que los dejó fuera del Mundial de Portugal. Un golpe al hígado para los cientos de seguidores cuscatlecos.
"Por lo menos no amañan partidos. Estamos orgullosos de ustedes", recordó un seguidor en el sitio de Facebook del diario La Prensa Gráfica.
Cada movimiento de la Selecta se mira con lupa, se juzga, se investiga. Pese a que se renovó a todo el plantel (el promedio de edad es de 24 años) y se contrató al entrenador español Alberto Roca, quien fue formado en las divisiones inferiores del Barcelona, las críticas son constantes.
"Este equipo es un grupo de inocentes pagando los platos rotos", cuenta Franklin Ponce, periodista de El Diario de Hoy.
"Antes la afición no se perdía los juegos por televisión, ahora hay un desinterés grande", añadió.
Se han hecho esfuerzos para que el salvadoreño recupere la fe, de ahí los fogueos de lujo que sostuvo durante este año: Argentina, España, Colombia y Ecuador.
La Copa Oro se mira como el escaparate idóneo para encender nuevamente la llama de la ilusión. Una colonia gigante de cuscatlecos pintará de azul todos los estadios en que el equipo se muestre. Según datos del gobierno, en Estados Unidos residen cerca de dos millones de salvadoreños.
Así ocurrió en el debut frente a Canadá y posiblemente será 'local' de nuevo ante la Sele. El gentío maquilla un poco la herida entreabierta.
Estilo. En ese juego, la Selecta no tuvo un gran volumen ofensivo pero al menos mostró orden en la zaga y claridad en el tránsito de la pelota.
Un empate a cero fue el resultado final.
Ciertamente, el peso del plantel lo carga el mediocampista del Videoton de Hungría, Arturo Álvarez y el contención del Orlando City, Darwin Cerén. El plantel es discreto, pero maquilla sus debilidades con una cuota extra de coraje, para no decir patadas y juego brusco.
"Tenemos que saber que ellos (Costa Rica) poseen mucha calidad, hay que poner en práctica lo que sabemos. Será un juego de mucho choque, muy fuerte. Ahí intentaremos sacar ventaja", afirmó Roca.
La prensa critica su falta de gol, pero reconoce que se está en un proceso de renovación que necesita mucho trabajo para recoger los frutos.
Tanto trabajo, como dedicación y victorias para recobrar algo de la credibilidad perdida.
Este sábado (7 p.m.) la Tricolor enfrentará un equipo golpeado por la deshonra de un pasado no muy lejano. La herida sigue tan abierta como el recuerdo de Al Capone.
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