Proyecto Gol, San Rafael de Alajuela
Los silbidos iban y venían desde la gradería, como el más repudiado adversario de la afición morada. La diferencia es que aquel joven que tanto chiflaban era de la propia planilla. Se trataba de David Guzmán, un volante que en ese entonces lo definían dos detalles: mandaba todos sus remates a la gradería y era un imán de las tarjetas amarillas.
Hoy, Guzmán parece estar cada vez más cerca del once titular de la Tricolor Mayor. Fue cambio fijo en los últimos dos partidos eliminatorios ante Panamá y Trinidad y Tobago, en los que se desempeñó con soltura en la medular.
Fichó con el Portland Timbers de la MLS a inicios de este semestre después de convertirse en un pilar del medio campo de Saprissa y en la actual campaña ya acumula 15 partidos como titular.
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A los 27 años, Guzmán persigue la idea de afianzarse en la Nacional. Tiene a su lado a Yeltsin Tejeda, quien en algún momento fue su competencia directa en la S, y a Rándall Azofeifa, titular en muchos juegos de esta era.
Guzmán atribuye su consolidación tardía a aspectos extrafutbolísticos. La falta de confianza de algunos entrenadores sobre su juego y, quizás, la inmadurez que aún no había logrado cuando lo subieron al primer equipo.
"Son etapas y entrenadores. Ya que habla de eso, a Yeltsin Tejeda le tocó una oportunidad muy linda, un grupo muy bueno y el entrenador contaba con él (Jorge Luis Pinto). Ahora que he trabajado con Óscar (Ramírez) pienso que ya es muy distinto a lo que había pasado tiempo atrás, entonces ayudan la madurez que uno va obteniendo y la confianza que da tener un entrenador que cuenta con uno", recalcó Guzmán.
La tormenta ya pasó para Guzmán. Le tocó llevar palo desde su debut con la S, luego de ser uno de los hombres destacados de la Selección Sub-20 que ganó el cuarto lugar en en el Mundial de Egipto.
Hace casi dos años entró en un rol distinto. Los silbidos se empezaron a convertir en aplausos de a poco. Antes de partir a la MLS, ya era considerado como una figura indispensable en el club morado.
El volante mezcló sus funciones de marcador con las constantes escaladas al área rival para colaborar con el ataque. Ya recibe menos tarjetas y ha mejorado en los cobros tiros de libre (aunque tiene un amplio margen de superación).
Su funcionalidad es vista con buenos ojos por el seleccionador Óscar Ramírez, que lo incluye cuando necesita un tapón en el medio del campo y un buen distribuidor de la pelota.
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A la fecha, le pisa los talones a Azofeifa y está un peldaño arriba de Tejeda. La Copa Oro se presenta como una buena oportunidad para ganarse un lugar definitivo en el once titular.
Guzmán lo reconoce. Sabe que de jugar bien en el torneo regional puede acumular puntos para la fase final de la hexagonal, en donde Costa Rica tendrá el chance de sellar su boleto a Rusia 2018.
"Son oportunidades que hay que aprovechar", reconoció Guzmán.