Los 90 minutos que unieron a Nicaragua es el título del libro del escritor Daniel Travesari.
En cada página relata la primera gesta de los pinoleros en el fútbol, cuando de la mano de un tico derrotaron a Jamaica en la eliminatoria.
Aquel costarricense aún se conmueve al leer el escrito. Se trata del técnico Henry Duarte, actor principal del triunfo de 3 por 2 frente a los isleños, el 4 de setiembre del 2015.
La victoria marcó un antes y un después en Nicaragua.
Luego de esa victoria, el gobierno de Daniel Ortega decidió invertir algo de dinero en el fútbol y las autoridades locales creyeron en un proyecto de masificación del talento, algo inusual en esa nación.
Han pasado un año y tres meses de aquella gesta y el vecino del norte es visto con más respeto dentro de la región.
Hoy, Henry Duarte intentará reflejar ese crecimiento cuando enfrente al rival que mejor conoce: la Sele .
“Costa Rica es la selección a la que todo Nicaragua me pide que le gane”, reconoce Duarte, que suelta una risa jocosa.
En diciembre del 2015, el estratega enfrentó por primera vez a la Tricolor absoluta, en un juego que finalizó 1 por 0 a favor de los ticos. En aquella ocasión, Duarte cantó ambos himnos y su equipo no salió goleado.
Con el tiempo y muchas horas de trabajo, Nicaragua ha mostrado una evolución.
Los buenos resultados y el crecimiento de las selecciones menores (antes no había procesos de liga menor), lo han hecho ganarse un respeto entre el pueblo y el propio Daniel Ortega.
“Él ha sido el seguidor número uno del béisbol, y hoy en día es un seguidor más del fútbol. Está muy orgulloso de su selección. Si le gano a Costa Rica, don Daniel (Ortega) me haría una placa”, reconoció Duarte.
Aún cuando admite que su prioridad es avanzar a Copa Oro, se ilusiona con la posibilidad de vencer a la Nacional.
Cada vez aprecia más la cultura nicaragüense, el coraje de los futbolistas y el deseo de superarse pese a la adversidad.
Cuando su equipo derrotó a Jamaica, Duarte sintió un entusiasmo distinto en la gente, que ya empieza a vibrar con el fútbol. El entrenador asegura que en el corto plazo se equipararán las fuerzas con el béisbol, el deporte rey de ese país.
Recientemente visitó un pueblo fronterizo ubicado a pocos kilómetros de Honduras, como parte del proceso de visorías para las selecciones inferiores de Nicaragua, y notó como los niños ya salen a mejenguear.
También le sorprendió mirar un puño de aficionados pinoleros en las gradas del Estadio Rommel Fernández, en Panamá, sede de la Uncaf.
Ahora espera dar un golpe en la mesa con la clasificación a la Copa Oro, y por qué no, sacar un buen resultado ante la Mayor.
“Yo deseo ganarle a la Sele , deseo triunfar por mis amigos, por mi familia, por el país, pero también amo el fútbol de Costa Rica. Sé que es un estandarte y quiero que Nicaragua le gane para que se siga reflejando ese crecimiento”, agregó Duarte.
Para el cotejo de hoy (5:30 p. m.), prepara un equipo con variantes, ya que su prioridad es derrotar a El Salvador y Belice, dos rivales directos en la lucha por el boleto al torneo del área.
El estratega sabe que tiene que dosificar el plantel y guardar a sus mejores figuras para los partidos determinantes.
Duarte insiste en que Nicaragua es el equipo con la propuesta más vistosa del torneo, y asegura que los malos arbitrajes le han impedido ganar.