Durante casi una década, la Sele midió fuerzas con la misma camada de futbolistas panameños: Blas Pérez, Jaime Penedo y Felipe Baloy son los referentes de un veterano adversario.
Hoy, la base de esta misma generación recibe a la Tricolor con más hambre que nunca pues se juega su último chance de disputar un Mundial Mayor.
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Un enfrentamiento entre la Costa Rica más exitosa de la historia y la gloria del octavo lugar del mundo aún en la retina, ante una Panamá con apetito de triunfo y ansias de poder despedir a su camada estrella con una clasificación mundialista.
El posible once canalero refleja la experiencia de este grupo de jugadores, ya que su promedio de edad es de 30 años.
Pese a que se presentaron en las últimas dos eliminatorias como un rival de cuidado, siempre se quedaron en el ‘casi’.
En la última década fueron subcampeones de Copa Oro y estuvieron a dos minutos de eliminar a México del Mundial de Brasil, pero un agónico gol de Estados Unidos los sacó del repechaje y solo ganaron una Copa Centroamericana Uncaf.
“Uno aprende de los tropiezos que tiene en la vida. Costa Rica hizo algo importante en la última ronda de clasificación al ganar sus juegos en casa, algo que nosotros no hicimos”, dijo Gabriel Gavilán Gómez.
A su rival lo conoce casi de memoria; es vox pópuli que la dupla de ataque la conformarán Tejada y Blas, la misma de siempre, pero con unos bríos distintos, al igual que el resto del equipo de Hernán Bolillo Gómez.
Las críticas de la prensa hacia el plantel crecieron luego de 12 partidos amistosos sin victoria en el 2015; los dardos fueron dirigidos a la falta de renovación del equipo estelar que solo tiene dos futbolistas con menos de 30 años.
Pese a ello, respondió en el inicio de la ruta con una victoria de 2 por 0 ante Jamaica.
Sin conformismo. El éxito del pasado no empaña la ambición del presente en el camerino patrio.
“Panamá está convencida de que son mejores que nosotros, pero eso hay que demostrarlo en la cancha”, apuntó Joel Campbell.
La dupla de Rándall Azofeifa y Esteban Granados adquirió un peso mayor en los ensayos, al igual que el aporte de Kéndall Waston en la retaguardia, ante las lesiones de Celso Borges, Johan Venegas y Óscar Duarte.
En punta de lanza, Marco Ureña se perfila para ser el dolor de cabeza de la defensa local.
El Rommel Fernández medirá a un equipo que desea, por fin, llegar a la gloria, contra otro que no quiere soltar el éxito.