Las fisuras en la retaguardia de la Sele se inician en la media cancha. Los señalamientos recaen en los defensores, pero algunos problemas nacen porque los volantes y atacantes fallan en el repliegue o la presión cuando el rival tiene el balón.
Técnicos y futbolistas consultados por La Nación coinciden en que el bloque se partió en la medular frente a Jamaica, lo que hizo que todo el peso de la ofensiva isleña recayera sobre la línea de cuatro.
“No es un problema solo de la parte de atrás, sino de todo el equipo pues todos tienen la responsabilidad de defender. Hubo varios errores pero no es justo señalar a alguien con el dedo”, explicó el zaguero de la Tricolor , Giancarlo González.
Se pueden enumerar cinco aspectos que debe mejorar la Tricolor ante El Salvador: el repliegue de los volantes, la presión para recuperar la pelota, la inferioridad numérica con que se llega a las coberturas defensivas, la debilidad del costado izquierdo y el escaso entendimiento de los centrales.
El primer punto se visualizó en la mayoría de contragolpes de Jamaica, durante la segunda mitad, pues los volantes se iban al ataque pero no regresaban.
Es decir, el equipo quedaba mal parado y le costaba reordenarse rápido para evitar los embates de los Reggae Boyz.
“Se suponía que los mediocampistas tenían que replegarse lo antes posible cuando Jamaica atacaba, pero les costaba hacerlo. Sumado a ello, el contención José Miguel Cubero no anduvo fino y esto influyó, ya que es el hombre que da equilibrio”, explicó el técnico Javier Delgado.
También se evidenció un problema en la presión para recuperar la pelota. Esto causó que Jamaica superara con cierta facilidad el mediocampo de la Nacional, lo que hizo que se recargara todo el trabajo en los zagueros.
Por lo tanto, casi siempre quedaba un hueco entre la cintura y los defensores centrales, un factor que Jamaica aprovechó bien.
Esto va de la mano con el tercer problema: A la Sele le está costando robar el balón porque casi siempre llega en inferioridad numérica contra su adversario.
“El rival supera con cierta comodidad a los volantes en el uno contra uno. Siempre se busca la recuperación del balón con una presión fuerte de al menos dos jugadores, para evitar que llegue lo menos posible a la zaga”, comentó el entrenador Marvin Solano.
Esto le sucede a Júnior Díaz, a quien casi siempre le desdoblaron dos jugadores por su costado y no encontró acompañamiento.
El volante, ya sea Johan Venegas o Joel Campbell, debe colaborar en esa zona para evitar que le roben la espalda al lateral.
Estas coberturas son claves para que la Nacional frene la producción ofensiva por las bandas.
Sumado a ello, el lateral no está en su mejor momento ya que no jugó con su club, el Mainz 05 de Alemania, en todo este año; en la mayoría de acciones enfrenta a dos contrarios y se le hace imposible controlarlos.
Por último, el entendimiento de los centrales. En esta era, Giancarlo González compartió zaga con Óscar Duarte y Michael Umaña en la mayoría de juegos.
Con Roy Miller solo lo hizo cuando la Sele utilizó cinco atrás y en el fogueo ante México, en que jugó con cuatro defensores.
Un posible regreso de Umaña, bajo cualquiera de los dos sistemas tácticos, podría devolverle a la Tricolor seguridad en la retaguardia, ya que tiene mejor lectura del partido, aunque sea menos veloz y fuerte en las alturas.
“La mancuerna Pipo-Miller no ha tenido tanto recorrido. La experiencia de Umaña puede ser muy valiosa para la Mayor”, concluyó Delgado Prado.
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