De no haber sido por las agónicas pérdidas de balón de Blake Griffin, el miércoles, los Clippers habrían ganado su segundo juego de la batalla ante los Spurs y dejado al vigente campeón contra la pared. También habría sido la primera vez en los play-off de la NBA –en el actual formato– que todos los emparejamientos hayan iniciado 2-0.
A diferencia del trepidante inicio de la postemporada pasada, cuando cinco series llegaron a los siete partidos, este año el aburrimiento amenaza con contaminar la primera ronda.
Todas las predicciones se han cumplido y el duelo entre Spurs y Clippers, que ahora viaja a San Antonio, es el que se ha visto como el más equilibrado.
Mas eso podría ser un engaño. Los números esconden que los Pelicans y Celtics han dado más batalla de lo esperado a dos candidatos al título como lo son Warriors y Cavaliers, respectivamente. También que lo han hecho con visiones del gran futuro que les aguarda a jóvenes figuras como el ala pivote de Nueva Orleans, Anthony Davis.
Claro que el pronóstico no es nada halagador para los equipos que ya cayeron en el pozo: solo 16 equipos en 261 series a un máximo de siete partidos se han recuperado después de perder los primeros dos juegos; lo que es lo mismo: 94% de los conjuntos que toman esa dichosa ventaja de 2-0 avanzaron.
Desde que la primera ronda de la postemporada se extendió al mejor en siete partidos (para la campaña 2002-2003), esta es la segunda vez que siete series arrancan con dos triunfos para el mismo equipo. Pasó en 2004 y no fue sinónimo de desigualdad total: solo tres de esos siete emparejamientos llegaron a ser barridas.
En 2005 pasó algo similar, con seis series que iniciaron 2-0 y solo dos que acabaron en barrida.
Es más, uno de esos equipos que empezó atrás logró remontar: los Mavericks se deshicieron de los Rockets en una emocionante serie de siete juegos.
Además, estas series largas son como un baile y los equipos suelen aprender mucho de sus derrotas. Seis de esos equipos que están 0-2 ahora jugarán en casa y saldrán con todo a buscar dar batalla a los grandes favoritos.
Nadie querrá caer en un amargo 0-3, de donde nadie se ha levantado en la historia de la NBA y casi de ningún deporte profesional en Estados Unidos.