Limón. La noche del miércoles para jueves fue especialmente difícil para la pareja de franceses Dominique Wavre y Michèle Paret, quienes fueron interceptados en su monocasco Mirabaud por un barco de los guardacostas de República Dominicana.
Los oficiales dominicanos le exigían detenerse para inspeccionar el monocasco que ocupa la sexta posición de la Transat.
Si Wavre y Paret hubiesen accedido, serían descalificados debido a la reglas de la regata, por lo que decidieron seguir a 30 kilómetros por hora (18 nudos).
“Les hicieron muchas llamadas de advertencia para que se detuvieran y ellos explicaban que no podían porque estaban en una competencia. El jaleo fue grande”, explicó Jacques Lanusse, director de la prueba en Costa Rica.
“El guardacosta se acercó mucho al velero y se vivieron momentos de gran tensión, al punto de que casi se produce un choque”, aseveró el funcionario.
Los tripulantes comunicaron la emergencia a los organizadores, los cuales pidieron el auxilio de la marina nacional francesa en su base en la isla de Guadalupe, la cual se dirigió al lugar y explicó a los oficiales dominicanos que el Mirabaud participaba en una competencia internacional y que si aceptaban ser abordados, perdían toda posibilidad de continuar en la carrera”.
Tras muchas discusiones, los dominicanos entendieron que los competidores no tenían ninguna voluntad de parar, pues perdían su posición en la prueba.
Esta es la segunda vez que les sucede una situación similar a Wavre y Paret, pues hace seis meses, durante una regata en el mar Mediterráneo, fueron interceptados por barcos de Marruecos.
En esa oportunidad no tuvieron más alternativa que detenerse, pues fueron dos barcos oficiales los que le cerraron el paso.
“Como se ve, en el mar no hay semáforos, pero sí policías”, dijo.