El portal
Falcao, estrella del brillante Brasil de 1982 que no pudo salir campeón, ya tenía una respuesta, según dijo a la televisión
Los primeros sentimientos de los brasileños fueron la amargura y la incredulidad al ver cómo el sueño de conseguir la sexta Copa del Mundo se esfumaba por la derrota en Puerto Elizabeth.
La cara del portero Julio César en
“Nadie esperaba la derrota”, dijo Julio César, mientras del otro lado de la cámara se vivía un drama similar en las casas, playas, plazas y bares donde los 190 millones de habitantes se habían encerrado en un silencio que tenía algo de luto.
Minutos después, un “noooooo” de desesperación pudo oírse en una calle de Brasilia, seguido por un cohete que estalló en el cielo y un zumbido de vuvuzela, que esta vez no sonaba en tono de alegría sino de rabia.
“Brasil mostró lo mejor y lo peor en solo un partido”, escribió el diario
“Es muy duro”, decía un seguidor con la cara pintada de verde y amarillo desde Sao Paulo.
“No dan ganas de hacer nada”, lloraba otro en Río de Janeiro.
Sin embargo, otros se lo tomaban con más filosofía. “No siempre se puede ganar”, decía un niño con cara de resignación.
Y llegaron las primeras reacciones oficiales, como la del presidente, Luiz Inácio
“Como todo brasileño, se quedó atónito frente al desequilibrio emocional del equipo”, dijo su jefe de gabinete, Gilberto Carvalho.
La tristeza se impuso en las 20.000 personas que siguieron el partido en la playa de Copacabana ante una pantalla gigante.
La mayoría de grandes empresas había dado el día libre a sus trabajadores y los hinchas llenaron bares y plazas por todo el país.
Pero hay muchos que piensan que todo puede ser aún peor: que Argentina gane en Sudáfrica y llegue a Brasil 2014 como campeón.