148073178 (From L) China's gymnasts China's Feng Zhe, Guo Weiyang, Chen Yibing, Zhang Chenglong and Zou Kai pose with their gold medals on the podium during the medal ceremony of the men's team of the artistic gymnastics event at the London Olympic Games on July 30, 2012 at the 02 North Greenwich Arena in London. Japan took the silver medal in the men's artistic gymnastics team final on Monday after a judges' inquiry that dropped hosts Great Britain from second to third and denied Ukraine a medal. AFP PHOTO / THOMAS COEX (THOMAS COEX)
Londres. Con dominio imperial sobre la gimnasia y los clavados, China acentuó ayer su poderío en estos Juegos Olímpicos al ampliar su ventaja al frente del cuadro de medallas. Sin embargo, el eco de la suspicacia sobre los resultados del gigante asiático es difícil de obviar.
China vino a Londres 2012 con la consigna de demostrar que su cosecha de 51 medallas de oro hace cuatro años, cuando quedó primera como anfitriona en Pekín, no fue obra de la casualidad o de la localía.
Cumplidas tres jornadas, los chinos ya acumulan nueve preseas doradas. Estados Unidos, la potencia que ahora persigue su estela, solo tenía cinco.
Con un gama de títulos que abarca cinco disciplinas: clavados, tiro, gimnasia, levantamiento de pesas y natación, el centro de atención son los asiáticos.
Ayer, sus gimnastas revalidaron el cetro por equipos y Li Xueying conquistó el oro en los 58 kilos de pesas; mientras que en el día inaugural de los Juegos los triunfos de Sun y Ye Shiwen en natación causaron gran impacto.
La victoria de Sun en los 400 libre fue la primera de un nadador chino en una olimpiada, mientras que Shiwen batió el récord mundial de los 400 combinados.
China empieza a obtener los dividendos de invertir sin reparos en la natación, contratando técnicos extranjeros. Sun y Yen, por ejemplo, han trabajado con Denis Cotterell, un reconocido entrenador oriundo de Australia.
La precoz Ye, de 16 años, hizo que muchos se restregaran los ojos cuando nadó los últimos 50 metros más rápido que Lochte, el ganador de los 400 en estilo masculino.
Stephanie Rice, la australiana que poseía la previa plusmarca, reaccionó asombrada al decir que fue un tiempo de locos.
Tanto así, que ayer la rueda de prensa de Arne Ljungqvist, jefe de la comisión médica del Comité Olímpico Internacional, se concentró e n Shiwen.
“Es muy triste que una actuación inesperada sea considerada como sospechosa. La sospecha es el punto medio de una acusación de que hay algo malo y eso no me gusta, prefiero los hechos”, aseveró.
Sorpresas. El esperado duelo entre Ryan Lochte y Michael Phelps en la piscina terminó al final bajo la sombra de un francés: Yannick Agnel.
Veinticuatro horas después de un fabuloso remate en el último tramo del relevo 4x100, Agnel arrasó en los 200 libres, imponiéndose por unas siderales 79 centésimas sobre el chino Sun Yang y el surcoreano Park Taehwan.
Aún cuando faltan cinco días de competencias en el Centro Acuático, Francia ya acumula tres medallas de oro (la otra fue de Camille Muffat en los 400 libre femeninos) y es el equipo que escolta a Estados Unidos dentro de la natación, que ayer vio a Missy Franklin y Matthew Grevers ganar el oro.
Ayer, también Colombia y México se adjudicaron medallas de plata; mientras que Roger Federer y Serena Williams avanzaron a la tercera ronda del tenis que se disputa en el mítico Wimbledon.1