Nadar 1,9 kilómetros, completar 90 km en bicicleta y correr 21 km no fueron las únicas causas de sufrimiento para los atletas que compitieron en el Ironman 70.3 Costa Rica, sino que las condiciones climáticas también terminaron siendo rivales muy complejos y provocaron desvanecimientos hasta en los profesionales.
Una temperatura que rondó los 28 grados Celsius, humedad del 82% y sensación térmica de 32° C terminaron por dejar una imagen común en Playas del Coco, triatletas al borde del desmayo que necesitaron atención de especialistas.
Sin embargo, surge la duda: ¿por qué se presentó el problema entre los participantes y afectó incluso al triatlonista Leonardo Chacón?
La alta temperatura y la humedad son las señaladas como causantes principales de las complicaciones.
El médico Allan Soto, doctor de Cartaginés, y el fisiólogo Rándall Gutiérrez, de la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida de la UNA, explicaron las enfermedades de calor que afectan a algunos deportistas bajo condiciones extremas como las del domingo anterior.
Ambos especialistas recalcan que al realizar ejercicio el cuerpo suda para mantener una temperatura interna adecuada, sin embargo, cuando la humedad es muy elevada la evaporación de la sudoración hace que este proceso sea más lento y complicado, lo que deriva en que se puedan presentar problemas como calambres, fatiga por calor y el golpe de calor, este último el más peligroso y que de no ser tratado adecuadamente podría hasta provocar la muerte.
“Al llegar la temperatura interna a cierto nivel, las respuestas termorreguladoras del cuerpo se vuelven locas y esto produce una serie de trastornos de percepción, de sensación y también un desmayo. Otro síntoma es la sequedad excesiva de la piel. En el golpe de calor la temperatura del cuerpo llega a los 41 o 42 grados y provoca un fallo por parte del cerebro”, indicó Gutiérrez.
Si bien es cierto, los dos expertos en la materia necesitarían analizar cada caso para determinar lo que el atleta sufrió, concluyen que en climas extremos como el vivido en el Ironman 70.3 es muy factible que fallen los mecanismos de termorregulación del atleta.
Soto detalló que en caso de los golpes de calor, hay complicaciones a nivel de órganos y por ende lo mejor es detenerse, rehidratarse lentamente y recurrir a enfriarse con toallas, ventiladores y hasta con hielo.
“A altas temperaturas se incrementa el gasto cardíaco porque debe impulsar más sangre a la piel para asegurar el intercambio de temperatura y a su vez va limitando el rendimiento. Cuando el corazón detecta que hay una situación de crisis como esta, centraliza el flujo sanguíneo para suplir órganos vitales y aquí es donde un brazo o pierna no es un órgano vital”, recalcó el galeno.
El médico añadió: “Si continúa el ejercicio y no se baja la temperatura, hay probabilidad de muerte al llegar a 43°C”.