Por segundo año consecutivo, los equipos de Limón y Punta Leona se enfrentarán en la final nacional de fútbol playa, la cual se inicia este domingo 11 de diciembre a las 2 p. m.
Los caribeños llegan como los actuales campeones, mientras que el conjunto puntarenense tiene deudas por cobrar, ya que durante la fase regular no pudieron ganarles y en los años 2015 y 2006 perdieron el título.
"Esperamos lograr esa revancha. Se tiene esa espina", comentó Jason Campos, jugador de Punta Leona. Aunque él no estuvo en esa final, recordó que su equipo empezó ganando por un marcador abultado, pero en el juego de vuelta dejó escapar el cetro.
Campos afirma que Punta Leona es un equipo muy "aguerrido", con una combinación de juventud y experiencia, como Jason quien tiene nueve años en este deporte.
"Tenemos jugadores que prácticamente son nuevos en el fútbol playa, pero también tenemos jugadores que sí tienen experiencia, han asistido a mundiales y premundiales, es una buena combinación".
"Somos un equipo que además de tener una buena unión de grupo, no damos un balón por perdido y por eso es que ahorita estamos en la final", añadió Jason, quien es uno de los mejores amigos del capitán de la Selección Nacional, Bryan Ruiz.
En la acera del frente está Limón, un club que tiene la particularidad de que sus futbolistas nunca se entrenan juntos. Esto se debe a que muchos integrantes trabajan en el Valle Central y reunirlos a todos se hace una tarea casi imposible.
"Limón nos queda lejos a muchos, en mi caso yo trabajo en Tibás, otro en Guadalupe, otro en Alajuela... Estamos muy dispersos, aunque todos somos de Limón, pero se nos complica por cuestiones laborales", señaló el jugador Michael Jackson.
Pese a eso, Jackson explica que la unión es fuerte y eso se demuestra en la cancha.
"(...) Es como si nos viéramos todos los días y en la arena eso se demuestra. Desde que se creó la liga de fútbol playa la gran mayoría de jugadores se han mantenido en el equipo, esa es nuestra fortaleza".
Aunado a esa fortaleza, Limón quiere aprovechar la presión que trae el rival, afirma Jackson, quien tiene cuatro años jugando fútbol playa.
"Vienen con una espinita, ya les hemos ganado dos finales, pero no nos basamos en eso para jugar una final. Yo sé y todos los jugadores sabemos que una final se juega en la arena", concluyó.
El partido de vuelta será el domingo 18 de diciembre, en Limón.