El inglés obtuvo ayer el oro en la contrarreloj de ciclismo, en la ciudad de Londres.
Con un su nueva victoria, el inglés suma cuatro medallas de oro, una de plata y dos de bronce, ganadas entre las justas de Sydney 2000 y Londres 2012.
Sus siete preseas olímpicas superan al legendario remero británico Steve Redgrave , quien obtuvo medalla en cinco juegos consecutivos, entre los años 1984 al 2000.
El ganador del último Tour de Francia cubrió los 44 kilómetros de la contrarreloj en 50 minutos y 39 segundos.
Por su parte, el alemán Tony Martin alcanzó la plata tras llegar 42 segundos por detrás de Wiggins.
El bronce llegó a las manos del también británico Christopher Froome, quien alcanzó la meta a un minuto y ocho segundos de su compatriota Wiggins.
La carrera cronometrada se disputó en el condado de Surrey, al suroeste de Londres.
La salida y la llegada se ubicó en los jardines del palacio de Hampton Court , un complejo ubicado a orillas del río Támesis donde el rey Enrique VIII estableció su residencia favorita.
Las márgenes del recorrido fueron colmadas por aficionados con banderas de Gran Bretaña, quienes animaron al héroe local.
Tras conquistar por primera vez un Tour de Francia para Gran Bretaña, Wiggns dio el campanazo de salida de las justas en la ceremonia de inauguración de Londres 2012.
El ciclista es ahora la gran estrella del ciclismo mundial, pero su vida estuvo marcada por un problemático entorno que lo llevó al borde de convertirse en alcohólico.
Él reconoce que tenía todos los boletos para acabar como un bebedor con problemas por robos de coches y pequeñas estafas; pero, el deporte fue su salvación.
“Creo que la clave (de dejar la bebida) fue perder peso. En los Juegos de Pekín pesaba 82 kilos, ahora, peso 71. Bajar tanto solo se consigue con entrenamiento, trabajo y dejando la bebida”, señaló en entrevistas dadas en el Tour de Francia, donde se coronó de amarillo en los Campos Elíseos.1