Casi no hay juego más trascendental en una serie de play-off al mejor en siete que el quinto partido, en especial si hay empate a dos triunfos por bando. De ahí que al Thunder le costó tanto sacar la victoria de anoche, 108-103, que le deja a un solo paso de su primera final desde que la franquicia se llama así y juega en Oklahoma City.
Solo la definitiva cuarta victoria es más importante en una serie de estas condiciones, pues el que gana el quinto partido se lleva el boleto el 83,5% de las ocasiones.
Eso es lo que consiguió anoche el increíble triple de James Harden faltando menos de 29 segundos por jugar: estar a un guiño de la final.
Aún así San Antonio, que anoche perdió su tercer partido en fila por primera vez en toda la campaña, luchó hasta el final, hasta que Tim Duncan se encontró desmarcado para tirar el triple que hubiera empatado todo a 106 pero prefirió que Manu Ginóbili lanzara con dos marcas encima y casi cayéndose.
El escolta argentino jugó de titular como la variante en la que los locales confiaron para detener a unos enemigos que fueron superiores en los dos partidos previos. Y funcionó, pues Manu marcó 34 puntos y repartió siete asistencias para ser la voz cantante de los Spurs.
Sin embargo, fue más la visita que repartió bien sus anotaciones en la primera mitad (ningún jugador marcó más de 10 puntos en los dos cuartos iniciales) y después dejó que las estrellas se encargaran del juego. Kevin Durant, de 27 puntos; Russell Westbrook, de 23; y Harden, de 20, cargaron con una ofensiva eléctrica justo cuando se necesitaba definir el cotejo.
El partido tres de la final del Oeste también fue trascendental porque allí Oklahoma encontró la llave para vencer a los Spurs, algo que nadie más consiguió en la postemporada. Esos cambios que el joven entrenador Scott Brooks ideó no han podido ser respondidos por el más que experimentado maestro rival, Gregg Popovich.
Además, anoche los Spurs tuvieron un terrenal porcentaje de anotación de 45,9%, un número bueno pero no suficiente para vencer a un cuadro que claramente es más joven, atlético y profundo.
Mañana es el sexto partido de esta serie y el Thunder tiene la posibilidad de sellar su boleto en casa, si no volverá a San Antonio, donde ya demostró que no hay nadie invencible en la liga.