Escazú. Aunque tuvo que trasladarse de sede en calidad de emergencia puesto que la locación original no estaba en aptas condiciones, el tenis de mesa transcurrió ayer con plena normalidad.
Incluso ya coronó a sus medallistas en categoría por equipos.
El miércoles, día en que iniciaba la disciplina de forma oficial, los entrenadores de los cantones participantes se pusieron de acuerdo y se negaron a comenzar la actividad en el gimnasio de la escuela de Guachipelín, Escazú.
De acuerdo con Ana Coto, jefe de árbitros y miembro de la organización, el inmueble no contaba con luz suficiente, tenía dos entradas de aire (no se permiten), había agua estancada en el piso y no tenía baños ni gradería.
Moviendo “fichas” se consiguió el colegio Nuestra Señora del Pilar, también escazuceño.
“Fue de locos, hubo que correr mucho. Se duró dos meses haciendo el programa y no sirvió de nada, pero con el cambio las delegaciones quedaron contentas. Hay que agradecer a las monjas (dueñas de la institución) que fueron muy amables”, dijo Coto.
Ese mismo día, pero en la tarde, arrancó la acción, con la particularidad de que hubo que pasar los partidos a tres sets, en lugar de los cinco estipulados.
Futuro. No obstante, aún con pocas horas de juego, ya se pudo avistar a a un gran prospecto.
Gerson Carballo, con solo 11 años, captó la atención por la gran precisión y destreza que guarda en su joven mano izquierda.
Juega para Heredia y ayer participó en la medalla de oro por equipos en la categoría sub-13, al derrotar en la final a Cartago.
Tiene gesto tímido, aún de niño, pero eso no le impide celebrar cada punto intensamente. La escena del puño cerrado se repitió a menudo.
“Me gusta mucho este deporte, aprendí gracias a mi padre (José Carballo, quien también es su entrenador). También con videos. Algún día quiero jugar en Europa”, apuntó con ilusión el herediano.