Mientras que en hombres el tenis pasa por un gran momento, en mujeres hay irregularidad.
La danesa Caroline Wozniacki cerró el año como número uno, aunque aún no gana un Slam.
Esto se debe al saber sumar más puntos, y el que Serena Williams no juega desde que ganó Wimbledon por unas cortaduras al pisar vidrio en un restaurante.
Justine Henin volvió tras un año y medio de retiro, y perdió la final de Australia ante Williams.
Kim Clijsters repitió como campeona en Flushing Meadows y también venció en el Masters.
Y el Roland Garros arrojó una inesperada campeona, la italiana Francesca Schiavone, quien a sus 29 años nunca había llegado siquiera a la semifinal de un Slam.