Houston Astros v San Francisco Giants SAN FRANCISCO, CA - JUNE 13: Matt Cain #18 of the San Francisco Giants pitches against the Houston Astros during the fourth inning at AT&T Park on June 13, 2012 in San Francisco, California. Jason O. Watson/Getty Images/AFP == FOR NEWSPAPERS, INTERNET, TELCOS & TELEVISION USE ONLY == (Jason O. Watson)
Existe un universo en donde la perfección existe y es posible alcanzarla para un mortal.
El beisbol es el único deporte que incluye la grandeza de un juego perfecto.
Para alcanzar esa marca hay que sufrir y colocar, uno a uno, los 27 outs seguidos en la pizarra.
También se debe contar con la colaboración de sus compañeros y ser asistido por una gran parte de suerte, tanta que no se le puede llamar de otra forma que no sea el destino.
Matt Cain inscribió el miércoles su nombre en la página de los inmortales al tirar la primera pelota perfecta en el registro de una organización tan histórica como la de los Gigantes de San Francisco.
Apenas es el pícher número 22 que estampa su nombre en tan honorable lista de perfección y el segundo en realizarlo este año, después de Philip Humber, el lanzador de Medias Blancas.
¡ Qué juego perfecto!... Gigantes 10-Astros 0.
Cain empató el récord de 14 ponches en un partido perfecto establecido por Sandy Koufax en 1965.
Nunca antes se vieron tantas carreras anotadas en un juego perfecto en la historia del beisbol, que se juega en Estados Unido desde 1876 como deporte organizado.
Lo anterior y sustraídos los elementos de duda que siempre cuestionan la perfección, hacen del juego de Cain el candidato para el más perfecto de todos, si es que se pueden calificar rangos en eso que es la excelencia.
Habrá quien se cuestione si Ted Barret, el árbitro del home, fue muy permisivo al decretar strikes. O qué hubiera pasado sin las atrapadas espectaculares de Melky Cabrera y Gregor Blanco.
Muchas preguntas y una respuesta: cuando el destino llama, no hay quien lo evite.
Eso quiere decir que el ritmo de juegos perfectos ha crecido vertiginosamente. Sobre todo, si se toma en cuenta que pasaron hasta 34 años de beisbol sin una imposible hazaña de este tipo.
También hay que contar que el partido de Cain fue el tercero en 13 días en las Grandes Ligas en que los bateadores se fueron sin pegar un hit. Eso nunca había pasado.
Números que sirven para volver a argumentar que es la época del picheo y que el beisbol de hoy en día se comanda desde una lomita.
Hecho irónico es que el mismo parque que vio llenarse de gloria a Cain también fue testigo de la época en la que dominaban los maderos, más conocida como la del dopaje. El AT & T Park vio volar el jonrón con el que Bary Bonds se consagró como el de más vuelacercas en la historia de este deporte.
Los mulos David Cone (en 1999) y David Wells (1998) lo hicieron en años seguidos. Pero nadie ha llenado una página tan gloriosa como Don Larsen (1956), el únicopícher en lanzar perfecto en una Serie Mundial.
Mientras que lo de Medias Blancas es reciente. Su primer juego perfecto fue en 1922 por medio de Charlie Robertson, pero luego se dieron dos muy cercanos con Mark Buehrle (2009) y Humber.
¿El de más juegos perfectos en contra? Los Dodgers, que se prestaron tres veces para la estampa.