En mayo del 2008 la costarricense Soto emprendió el primer camino hacia la cima del monte Everest.
La tica escaló hasta los 7.100 metros de altura, sin embargo, “problemas políticos” y una fuerte tos le impidieron culminar con éxito el sueño que se propuso alcanzar desde el año 2003.
“Tuvimos problemas políticos, se nos cerró la ruta y tuvimos que cambiarla a último momento. Las cuerdas a la cima no estaban listas y no nos dejaban escalar, entonces perdimos la primer ventana de la cima, y las cuerdas las pusieron hasta el 20 de mayo, cuando en realidad tuvieron que haber estado a finales de abril, así que perdimos mucho tiempo de muy buen clima”, explicó Soto.
Sumado a esto, la tos del Khumbu que le afectó la obligó a detener su paso para no arriesgar su salud. “Es una tos que la produce la cascada Khumbu, que está al frente de la parte que más subimos y bajamos y se respiraban temperaturas de menos 20 grados por mucho tiempo. Entonces al respirar eso te quema y te afecta los pulmones y se te arratonan los músculos respiratorios y el peligro final es que la tos es tan fuerte que te podés quebrar todas tus costillas”, agregó.
La cascada se encuentra en el campamento base, desde los 5.300 y hasta los 6.000 metros.
Esta experiencia es ahora enseñanza para no correr riesgos este año. “Conocemos la ruta y además llevaremos una máscara especial para prevenir esa tos”.
Otro beneficio, según añadió, es que la empresa International Mountain Guides, encargada de la logística, tiene mucha experiencia en el Everest, donde ya han llevado a 251 alpinistas.