Miami. AP Los Marlins de Miami suspendieron a su mánager Ozzie Guillén por cinco partidos, tras el escándalo desatado después de que el venezolano dijo en una revista que admira a Fidel Castro.
Guillén, por su parte, manifestó que se siente arrepentido y avergonzado, y se disculpó por haber herido sustancialmente no solo a la comunidad cubana de Miami, sino también a la latinoamericana.
“Siento que sí he traicionado a un pueblo latino. Pido perdón con el corazón en la mano y de rodillas, a los cubanos y a los latinos”, expresó Guillén en una rueda de prensa que ofreció minutos después de que los Marlins anunciaron su castigo.
Sentado detrás de un escritorio frente a una multitud de periodistas, aseguró que sus declaraciones sobre el expresidente cubano fueron mal traducidas.
“Fue un error personal de la cosa que yo tenía en mi mente y lo que dije”, añadió Guillén.
“Lo que quería decir en español lo dije mal en inglés”, expresó el venezolano en busca de calmar el escándalo que se formó.
Según dijo, solo quiso decir que una persona que ha hecho tanto daño en el mundo aún está vivo.
“No lo admiro. Una persona que ha hecho tanto daño no tengo por qué admirar”, manifestó Guillén.
Al menos dos funcionarios locales manifestaron que Guillén debería renunciar a su cargo, mientras unas 100 personas protestaban a los gritos en contra del técnico a las afueras del estadio de los Marlins.
El presidente del equipo, David Samson, afirmó que no pensaron en despedir al venezolano ni en pedirle la renuncia. “ Le creemos”, expresó el dirigente. “Creemos en su disculpa y en que todos se merecen una segunda oportunidad”.