Brisbane, Australia. AP Con los aficionados vestidos de amarillo brillante y animando ruidosamente a Lleyton Hewitt para que venciera a Roger Federer, la final del torneo de Brisbane tenía ayer el aire surrealista de un viaje hacia el pasado.
Esto no hubiera parecido fuera de contexto hace una década, cuando Hewitt pasó 80 semanas al frente del ranking mundial, mientras que Roger Federer apenas ganaba sus primeros títulos de Grand Slam.
Pero el triunfo del australiano 6-1, 4-6, 6-3 ayer sobre su rival más antiguo aún activo en la gira de la ATP fue, evidentemente, una sorpresa y le proporcionó su primer título desde 2010.
Añeja rivalidad. Los jugadores, ambos de 32 años y exnúmero uno del mundo, se han enfrentado en 27 ocasiones desde 1999, y ahora Hewitt mejoró su marca a nueve triunfos frente al 17 veces campeón de las grandes citas del tenis.
En la primera manga, Federer cometió 22 errores no forzados y Hewitt le rompió el servicio en tres ocasiones, al tiempo que el suizo cometió algunas fallas de principiante, como un raquetazo que no alcanzó la volea y dos golpes de derecha en los que la pelota pegó en el marco de la raqueta.
Se recuperó en el segundo set y luego contó con oportunidades de punto para rompimiento en los primeros tres games en los que Hewitt tuvo el servicio en la manga decisiva, pero no logró obtener el punto vital cuando más lo necesitaba.
“La forma en que lo resolviste... felicidades”, afirmó Federer en una entrevista a pie de cancha. Hewitt hizo “un buen trabajo al esperar”, agregó después.
“Mas yo debí haber tomado ventaja desde antes, así que lamento algunas cosas”, confesó el suizo. “Desafortunadamente es uno de esos partidos que se te escapan de las manos”.
Hewitt recibió el trofeo del legendario astro australiano Rod Laver, quien a lo largo de los años ha acudido a los partidos por la final del Abierto de Australia en los que Federer ha estado presente.
“Ha pasado un buen rato desde que gané un trofeo. Recibirlo de sus manos significa mucho”, dijo Hewitt, quien no había ganado un título desde que derrotó a Federer en la final del torneo de Halle en 2010, y su última victoria en su país fue en el torneo de Sídney de 2005, el mismo año en que perdió la final del Abierto de Australia frente al ruso Marat Safin.
“Tengo una idea clara de lo que debo trabajar”, afirmó por su parte Federer. “Tengo mucha ambición y un gran deseo de dar batalla en el Abierto de Australia”.