Rusia
Con una ceremonia en la que Rusia mostró su historia y cultura, quedaron inaugurados este viernes los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014, los más caros de la historia, rodeados de extremas medidas de seguridad, siendo dos exdeportistas, Irina Rodnina y Vladislav Tretyak, los que encendieron el pebetero.
Rodnina ganó tres oros olímpicos en patinaje artístico, mientras que Tretyak fue la estrella del equipo de hockey sobre hielo que ganó el título olímpico en 1972, 1976 y 1984.
El director de la ceremonia, Konstantin Ernst, trató de plasmar en el flamante estadio Fisht, que será sede también en el Mundial de fútbol de Rusia 2018, las singularidades de un país de 17 millones de kilómetros cuadrados y más de 150 etnias.
"He querido acabar con los estereotipos de Rusia: el caviar, las muñecas Matriochka, las balalaikas o los osos, queriendo presentar la historia de Rusia bajo los ojos de una niña", afirmó Ernst antes de la ceremonia.
La historia y culturas fueron mostradas de la mano de una niña llamad Lubov, que significa amor en ruso, y que a través del tiempo y el espacio, se paseó por el devenir de los siglos del país más extenso del mundo.
De este modo el viaje al que fueron invitados los 40.000 espectadores, incluidos los 44 jefes de estado y de gobierno presentes, tuvo como protagonistas al alfabeto cirílico, a la bandera rusa, a las voces líricas del país, a los ritos, las festividades, Moscú, Pedro el Grande y Leon Tolstoi, entre otros.
Los 88 países inscritos en estos Juegos Olímpicos, abriendo el desfile como es tradición Grecia y cerrándolo Rusia, estuvieron presentes en la ceremonia, destacando el aplauso del público a la delegación de la vecina Ucrania, sumida en una crisis política y social en las últimas semanas.
Vladimir Putin recibió en el estadio a 44 grandes dignatarios internacionales, incluido el secretario general de la ONU Ban Ki-Moon, aunque hubo ausencias destacadas, muchas en protesta por la política rusa en materias como los Derechos Humanos y la ley sobre la "propaganda" homosexual.
Casi 3.000 atletas de más de 80 países deben tomar parte en las pruebas repartidas entre el sitio costero de Sochi y Rosa Khutor, en las montañas del Cáucaso ruso, en un evento con las mayores medidas de seguridad de la historia del evento y los más caros.
Putin se ha gastado $50.000 millones en infraestructuras y la ciudad está tomada por 37.000 policías, cuando la población de Sochi es de 350.000 personas, para evitar atentados de los grupos islámicos de las repúblicas del Cáucaso del Norte.
La preocupación se ha acrecentado después de los dos atentados suicidas que causaron 34 muertos a finales de diciembre en Volgogrado, a 700 kilómetros de Sochi.