La fuerza se impuso a la experiencia, es la analogía perfecta para contar cómo Julián Jiménez logró volcar con potencia la sabiduría de Roy Vargas y coronarse campeón del Torneo de Golf de Valle del Sol.
En una intermitente mañana, en las instalaciones del residencial, a las 7:00 a. m. dio arranque la final del campeonato que se disputaba desde el sábado.
Aquel día de arranque, la ventaja la había conseguido el experimentado Vargas, quien a sus 54 años sentía muy cerca la posibilidad de emular el máximo podio que consiguió en el 2010.
Para esta edición no le fue posible conseguir el objetivo y a pesar de que sumó su sexto subcampeonato en este torneo, finalizó contento con otro segundo lugar.
Empero, Vargas no perdió por sí solo y a pesar de que falló muchísimos tiros cortos, su cruz tenía nombre: Julián Jiménez.
Con 30 años menos, pero con un futuro muy alentador, Jiménez sacó su casta de campeón y repitió el título por segunda ocasión consecutiva en Lindora de Santa Ana.
A pesar de que el más joven se llevó el trofeo, la exhibición de golf fue casi que codo a codo durante las dos jornadas, que se alargó un poquito más ayer.
Solo un golpe separó a uno del otro, que entre risas tímidas se repartieron la punta de la tabla de posiciones en varios de los 18 hoyos jugados ayer y de los 36 en general.
Luego de cinco horas de juego, se acercaba la definición del título y aumentaba la tensión.
Cuando los participantes llegaron al hoyo número 18, las tarjetas tenían un golpe arriba a Jiménez de Vargas; sin embargo, ambos terminaron con 145 golpes en la tabla general por lo que fue necesario llegar a un desempate.
Las reglas de la organización dictaban una muerte súbita en el último tramo de la cancha.
Ya los demás participantes se hicieron a un lado para observar de cerca lo que siempre fue una competencia de dos, pero que se terminó de afirmar con el desempate.
La rifa la ganó el experimentado Vargas, quien inició golpeando la pelota en la recta final.
En este primer desempate (no fue el único) Roy lanzó la pelota en el puro centro del fair way , ese que parecía una inmensa alfombra de diferentes tonalidades verdes.
Jiménez no se le quedó atrás y realizó un excelente tiro que superó por unos cuantos metros la pelota del subcampeón.
En ese momento se volvió trascendental esa hambre de victoria por parte del más chico (en edad nada más) quien arriesgó bastante por forjar su corona.
Empeño. Después de varios sustos, la mesa le quedó servida a Jiménez, quien le dejó la presión a su rival en el último golpe.
Con la abiduría que dejan tantos años en este deporte, Vargas realizó un excelente pot para igualar de nuevo las tarjetas.
Así que se necesitó un cara a cara más (este sí fue el último) en el mismo par cinco de 643 yardas.
Jiménez, aprovechando la potencia de su remate arriesgó más que su homólogo; Vargas, por su parte, iba más a lo seguro, pero eso le pasó factura al final.
Roy volvió a lanzar de primero y una vez más su pelota se vio superada por la de Julián, esta vez por una “modesta” distancia de 40 yardas.
De esta forma Jiménez se dio cuenta que era el momento perfecto para atacar psicológicamente a su contrincante..., ¡y así lo hizo!
Julián cobró un difícil pot , lejos del green que segundos después remató. Vargas esta vez no pudo alargar la serie a un tercer desempate y así terminó de volcar Jiménez, a su favor, su segundo título al hilo.