Por suerte, el juego entre Argelia e Inglaterra no se jugó a las 5:30 de la mañana (hora de Costa Rica): empezar el fin de semana con un juego tan insufrible le descompone el ánimo a cualquiera.
Ingleses y argelinos reeditaron sus aburridas y desabridas presentaciones de sus respectivos estrenos mundialistas.
Los africanos se fueron contentos con el punto porque entraron como víctimas seguras al juego y candidatos a la eliminación en esta primera fase.
Mientras los ingleses se fueron lo más pronto posible a sus vestuarios, los argelinos se quedaron en el campo en rito de celebración.
Y es que el Equipo de la Rosa se retiró con bronca porque se vio más ralo e incoloro que en su primer partido, amén de que se les reduce el margen de maniobra para aspirar a la ronda de octavos.
“Este no es el equipo que yo conozco”, expresó el estratega de los Pross, Fabio Capello, en las consideraciones pospartido.
La verdad, nadie podría ser capaz de reconocer en la Inglaterra de ayer a uno de los candidatos al título de campeón del mundo: un equipo desarticulado, romo en el ataque y confundido en la media.
Fue un pésimo regalo de cumpleaños (64) para
Esta insufrible Inglaterra queda obligada a sacar una victoria ante Eslovenia, líder del grupo C, para no depender de lo que suceda entre Estados Unidos y Argelia.
Los dos juegos de cierre de esta zona se efectuarán el miércoles próximo.
El Bad Boy, uno de los tres jugadores del mundo capaz de hacer una verdadera diferencia (los otros son Lio Messi y Cristiano Ronaldo), de acuerdo con Capello, llegó con los circuitos apagados.
Finalmente, se metió en una caída libre: entre más avanzó el tiempo peor jugó.
Los Pross lo intentaron con remates de media distancia, que fueron bien contenidos por el nuevo meta argelino Rais M’Bolhi.
Después, se enviciaron con centros “a la olla”, tan inocuos como despistados, apenas para sonrojar al lesionado David Beckham (en la banca como asistente técnico), quien mejor centra en el mundo.
Lo curioso es que Inglaterra se olvidó de esa vía apenas entraron los 2,01 metros de Peter Crouch.
De Argelia se puede decir muy poquito: un derechazo de Anther Yahia, de tiro libre, a las nubes (59’). Luego se replegó y ya.
Nada más que agregar, salvo repetir el alivio de que el partido no haya sido a las 5:30 de la mañana: eso fue la mejor de este olvidable juego. Con base en la transmisión de