El Premio Nacional del Deporte Claudia Poll fue creado para montarse en la ola de euforia a raíz de la medalla de oro de la misma Poll, conseguida en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, en la competencia de los 200 metros libre.
Justo como ayer, cuando Laura Chinchilla, presidenta de la República, anunció la “reactivación” de ese premio a raíz de la medalla de oro de Nery Brenes en el Mundial de Atletismo bajo techo.
El limonense obtuvo el título mundial en los 400 metros lisos, el sábado pasado en Turquía.
Chinchilla hizo el anuncio en una conferencia de prensa particular, ya que se solicitó las preguntas antes de hacerse el anuncio de la reactivación de una ley que nunca fue desactivada.
Euforia. Fue fácil aprobar la ley, impulsada por el diputado Rodrigo Gutiérrez Schwanhauser, del partido Nuevo Democrático: era el momento adecuado para que los políticos apareciesen junto a la heroína del momento.
A diferencia de lo que dijo ayer la Presidencia de la República (habló de “restablecer” el premio), la ley 7703 nunca perdió vigencia, como se puede constatar en el Sistema Nacional de Legislación Vigente (Sinalevi) de la Procuraduría General de la República.
Lo que sucedió es aún más sencillo: nunca nadie se preocupó por hacerla cumplir, ya fuera por omisión, ya fuera por olvido.
El galardón –que también incluye una medalla y una placa– nunca fue pensado para ser entregado de nuevo..., porque los legisladores jamás creyeron que un costarricense podría encumbrarse a lo más alto del deporte.
Hanna Gabriel ganó dos títulos mundiales de boxeo y Nery hizo lo propio la semana pasada y es candidato a medalla en Londres.
Solo se lo dieron a Claudia Poll en aquel entonces..., e incompleto: de ¢45 millones que le correspondían solo se le otorgaron ¢30 millones por falta de plata; como le pasará al que lo gane de nuevo, como adelantó Chinchilla.
El monto del reconocimiento son 100 salarios mínimos (sic) del Director del Servicio Civil.