Los Bleus sufrieron mucho en un equilibrado partido contra Canadá, pero terminaron sellando su tercer triunfo consecutivo, por 68-63, mientras que los anfitriones turcos se deshicieron de su archirrival griego en el “infierno” del Ankara Arena, por 76-65.
Pero el partido más dramático se vivió en Esmirna, donde los españoles, que iban ganando por 18 puntos a falta de 14 minutos, tiraron por la borda todo el esfuerzo y sucumbieron ante la impresionante remontada de los lituanos, que dieron la vuelta a un partido que tenían prácticamente perdido.
“Hemos perdido dos partidos, pero continuamos creyendo en nosotros mismos, aún queda mucho campeonato y aún aspiramos a las medallas, vamos a luchar por ello”, comentó el técnico italiano de los españoles, Sergio Scariolo, sin caer en el pesimismo.
Mediado el tercer cuarto, el partido parecía resolverse cuando el campeón mundial y europeo se iba 61-43 con un juego rápido y letal ante un equipo que parecía no encontrar la fórmula para contrarrestarlo, pero los bálticos reaccionaron y cerraron el cuarto 11 abajo.
En el inicio del último y definitivo, un parcial de 10-0 les permitió acercarse (64-63) y empatar después (66-66), desatando los nervios en un equipo que creía liquidados los fantasmas del debut desafortunado ante Francia (derrota 72-66), pero que volvió a estar impreciso en los momentos clave.
Con ventaja de 73-71 para los lituanos, Marc Gasol, uno de los puntales del equipo ante la ausencia de su hermano Pau, falló dos tiros libres que pasaron una dura factura al equipo, que vio cómo su rival se distanciaba en la jugada siguiente.
En los últimos minutos, el encuentro fue un carrusel de faltas y tiros libres, en el que España no pudo evitar un nuevo descalabro, el segundo en tres partidos.
Linas Kleiza (17 puntos, 8 rebotes) fue de nuevo determinante, mientras que por el lado español fue infructuosa la gran conexión entre el pequeño de los Gasol y Juan Carlos Navarro, con 18 puntos cada uno.