Durban, Sudáfrica (DPA). Los futbolistas españoles esperan que la fiesta sea completa el domingo en la final contra Holanda en Johannesburgo, pero hoy vivieron un pequeño adelanto en el vestuario del estadio Moses Mabhida de Durban.
Los abrazos sobre el césped al terminar la semifinal del Mundial de Sudáfrica que España ganó por 1-0 a Alemania se prolongaron hasta el interior del estadio, a la zona más privada de los equipos.
"Todos estamos muy contentos y alegres de estar en la final, como todos los españoles", dijo Pedro, la gran novedad hoy en el once del entrenador Vicente del Bosque.
El flamante equipo finalista recibió la visita en el vestuario de la reina de España, Sofía, y del tenor Plácido Domingo, un conocido aficionado al fútbol.
"Estamos contentísimos, hemos estado saltando todos, cantando, sabemos que hemos hecho algo histórico y somos conscientes de ello", confesó Javi Martínez.
Las felicitaciones recayeron principalmente en Carles Puyol, autor del gol de la victoria.
"Le di la enhorabuena, hizo un golazo", confesó Xavi Hernández, compañero del defensa en el Barcelona.
"Le dije que me recordó al gol que hizo en el Santiago Bernabéu", aseguró por su parte Víctor Valdés, arquero del conjunto catalán.
El tanto fue de factura muy similar a uno logrado por Puyol en el histórico 6-2 que el Barcelona logró en la Liga española hace dos temporadas en casa del gran rival, el Real Madrid.
"Creo que después de todo lo que ha dado a la selección se merecía un gol como este", dijo Joan Capdevila. "Qué mejor premio que ese a su trayectoria".
Puyol fue fiel a su costumbre de no hablar después de los partidos y pasó veloz, aunque con una sonrisa, por la zona en la que lo esperaban los periodistas.
Tampoco dijeron nada Fernando Torres y Cesc Fábregas, los dos hombres con sentimientos más ambigos hoy en la campeona de Europa.
El primero perdió la titularidad en favor de Pedro tras un campeonato con actuaciones decepcionantes. El segundo volvió a quedarse sin jugar.
Sí estuvo entre los elegidos Andrés Iniesta, que advirtió que aún queda "un último paso para cumplir un sueño que sería grandioso".
Por eso, la celebración en el vestuario español fue en realidad una "media fiesta", según la describió Capdevila. "Estamos contentos por llegar a la final, pero esperamos que la fiesta completa sea el domingo".