En un tono de absoluta formalidad, Dunga indica que su trabajo y el de su equipo durante estos cuatro años devolvió a la selección el prestigio internacional.
Al mismo tiempo, se lamenta por no haber conseguido el sexto campeonato del mundo para Brasil, algo –dice– que “no estaba ni podía estar asegurado” con su contratación.
Bajo su mandato, “seguro que todos los errores del pasado fueron corregidos”, agrega en referencia a las críticas recibidas en el Mundial 2006 en Alemania, cuando los jugadores no tuvieron ni la censura ni las limitaciones que tuvieron ahora y perdieron también en cuartos de final.
“Sólo me queda acatar de su decisión”, señala Dunga a Teixeira, al que trata de “vuestra señoría”.
“Sea buena o no (la decisión), a mi no me cabe cuestionarla, en la medida en que esa es la práctica adoptada en el futbol, desde hace mucho tiempo, considerando que la vida sigue, los compromisos son muchos y los intereses variados y complejos”, termina el técnico.
Dunga se enteró de su cese el domingo por teléfono y en un comunicado en la página web de la CBF, cuando todavía estaba pensando si continuar o no al frente de la selección.