Phoenix, Arizona. Tras dos temporadas ruinosas, los Diamondbacks han resurgido de las cenizas y son el equipo más sorprendente de esta temporada en las mayores.
La forma en que Arizona se convirtió en líder de la División Oeste de la Liga Nacional incluye una historia en que, de algún modo, todas las piezas de un rompecabezas encajaron mejor de lo que cualquiera hubiera esperado. Y esa historia comienza con el manager Kirk Gibson.
Los Diamondbacks han adquirido la mentalidad triunfadora de Gibson, que privilegia el trabajo colectivo. Cualquiera que pregunte a Gibson si merece honores individuales por los logros de su equipo corre un riesgo, particularmente si le sugiere que es candidato al manager del año en la Nacional.
“A él no le gusta hablar de esas cosas”, dijo el gerente general Kevin Towers. La realidad va más allá: Gibson se disgusta cuando el tema se le plantea.
El piloto se ha rodeado con buenos coaches, de personalidades y experiencias diversas. Su antiguo compañero en los Tigres de Detroit, Alan Trammell, es el asistente; Don Baylor es el coach de bateo; Charles Nagy, el de pitcheo; Matt Williams, el de la antesala, y Eric Young, el de la inicial.
Gibson dijo que aprendió mucho de Sparky Anderson, su manager en los Tigres. No suele informar a los peloteros si serán incluidos en el orden al bate del día siguiente, sino cuando llegan a la casa club para el partido. Así, dice, todos están listos para jugar.
“No hay duda de que esto muestra que tengo confianza en todos los miembros del plantel. Todos juegan”, dijo. “Les dije hace mucho tiempo que amo mi plantel. Hay que mantener a todos saludables y comprometidos”.
Cualquier buen aficionado al beisbol sabe que Gibson protagonizó uno de los momentos más célebres en la historia del deporte, su jonrón como emergente en la Serie Mundial de 1988, cuando bateaba con los Dodgers. Gibson lo logró pese a una lesión que apenas le permitía caminar, lo que llevó a que el cronista Jack Buck exclamara una frase famosa: ¡No puedo creer lo que acabo de ver!
Y la misma frase podría usarse para describir a estos Diamondbacks del 2011.