“No han querido el balón. Y, lamentablemente, tristemente, han jugado muy sucio”, dijo el legendario exfutbolista en un artículo publicado hoy por el diario El Periódico.
Holanda terminó recibiendo nueve tarjetas amarillas, dos de las cuales se convirtieron en expulsión de Heitinga. “Merecieron quedarse con nueve muy pronto, pues hubo dos entradas feas y duras que me hicieron daño hasta a mí”, añadió Cruyff.
Sin embargo, analizó, “ese estilo feo, ramplón, duro, hermético, poco vistoso, poco futbolístico (vale, es una manera de jugar y hasta de ganar, pero no la comparto), sí les sirvió a los holandeses para desquiciar a España”.
El equipo de Vicente del Bosque “se partió”, “estuvo muchos minutos fuera del encuentro” y decidió incluso “que sería campeona del mundo jugando más individual que colectivamente”.
“Y lo logró gracias a uno de esos piececitos milagrosos que, nacidos en Fuentealbilla, se han criado y hecho futbolista en La Masia, en la cantera del Barça, una de las mejores escuelas del mundo”, añadió el exjugador y entrenador blaugrana.
Cruyff también arremetió duramente contra el juez inglés Howard Webb, responsable del “peor arbitraje de la Copa del Mundo”. “Lo que no se puede es crear tu propia justicia y, peor aún, inventarte una aplicación demasiado personal del reglamento”, criticó.
“No solo dejó de expulsar a dos holandeses (incluso Robben mereció la segunda amarilla), sino que miró para otro lado en los momentos en los que debió implicarse”.
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