San Isidro, Coronado. Son 282 los corazones que palpitan con la ilusión de conformar para Veracruz , la representación tica más grande en unos Juegos Centroamericanos y del Caribe en toda su historia.
A la vez, encima de esta delegación recae la mayor responsabilidad, pues la inversión entre el Gobierno e instituciones privadas ascendió a los ¢2.500 millones.
El reto iniciará el 14 de noviembre y no será fácil. Henry Núñez, presidente del Comité Olímpico Nacional , aseguró que el objetivo es superar las 27 medallas que se cosecharon en las justas de Ponce 1993, en Puerto Rico.
Un incremento de 122 competidores en relación con los que asistieron a Mayagüez 2010, fue el resultado de un salto que ha dado el deporte costarricense.
Los encargados de hacer que el fuego de Veracruz no se apague para Costa Rica son 160 hombres y 122 mujeres, quienes se apoyan en un grupo interdisciplinario de 196 profesionales en el deporte.
Los atletas se mostraron comprometidos para dejar en el olvido la marca efectuada hace 21 años.
“Cada uno de nosotros se enfocará en su trabajo, todos quieren aspirar a algo grande, hay que mantenernos concentrados, tenemos la capacidad para lograrlo”, dijo el corredor Gerald Drummond.
La karateca Ashley Binns afirmó que la meta para estos juegos es la idónea, pues hay material para poder sobrepasar las cinco preseas de oro, siete de plata y 15 de bronce de Ponce 1993.
“Todos nosotros siempre aspiramos al podio y estamos buscando la clasificación a los Panamericanos del próximo año en Toronto, Canadá, y poder ir rozándonos con el ciclo olímpico”, agregó.
Pudo ser más. La representación nacional en suelo mexicano pudo ser de unos 340 deportistas, sin embargo no todos los clasificados podrán competir, por criterio del Comité Olímpico Nacional.
“Muchos de ellos fue porque al evento donde lograron la clasificación no fueron muchas delegaciones y casi que con solo pararse en el campo ya tenían el boleto y el objetivo era demostrar que tenían el nivel competitivo para dar una digna presentación”, comentó Zamora, criterio que respaldó Núñez , como jerarca de la institución.
Resultados en fogueos y seguimiento del departamento metodológico fueron las principales razones para dejar a algunos fuera.