El quinteto de Ferretería Brenes Barva dio una lección de coraje e igualó la noche de este viernes la final del Torneo de Copa al derrotar a Coopenae San Ramón por 57-59.
Los heredianos se vengaron de la derrota que les infringieron los poetas en casa y forzaron a un tercer partido que se estará celebrando el próximo domingo 13 de diciembre a las 5 p.m., en el gimnasio de Goicoechea.
El cuadro florense, con una canasta del puertorriqueño Rryan Abrahams a falta de un minuto y 21 segundos para el final, junto a la puntería de Roel Wilson desde la línea de tiro libre, le dio el triunfo a los visitantes.
El cuadro ramonense, por su parte, se mostró errático, fallando en su defensa y siendo muy permisivo en el epílogo del compromiso.
El primer tiempo fue muy parejo, tanto así que los primeros 10 minutos terminaron 16-16 y a la mitad del compromiso los equipos se fueron al descanso igualados 30-30.
San Ramón aprovechó los rompimientos rápidos con la velocidad de Georgio Milligan e Isaac Conejo, al igual que Marco Castrillo y con un Jefny Anderson dominando la pintura.
Por su parte, los barveños hicieron su juego desde el perímetro, con Kay Martínez, Gabriel Quesada y el puertorriqueño Ryan Abrahams nivelando las acciones, cada vez que los locales intentaron tomar diferencia en el marcador.
Los poetas llegaron a tener una diferencia de 10 puntos (26-16) a mitad del segundo cuarto, sin embargo, el ingreso de Alonso Sánchez le dio la movilidad a los heredianos para nivelar el duelo cuando cuando más lo necesitaban.
Al reiniciarse el partido, el deseo de ganar hizo incurrir a los equipos en constantes roces, errores y pérdidas de balón, que finalmente aprovechó Coopenae al sacar una ventaja de tres puntos e irse arriba con un parcial de 43-40.
El último cuarto fue el más emotivo, pues sin nada que perder ambas escuadras dieron lo mejor en el rectángulo.
Un juego de ida y vuelta emocionó a los aficionados que observaron el compromiso en el gimnasio Rafael Rodríguez, aunque al final la precisión de Abrahams y la puntería de Wilson acabó con la fiesta que habían montado los locales.