Dos tragedias, dos realidades distintas. Así se resumen las historias de la jinete Claudia Romero y del exboxeador Alejandro Timón Martínez, quienes sufrieron terribles accidentes durante la práctica de su disciplina.
Pese a que ninguno contaba con póliza de seguros, los escenarios fueron muy distintos.
En el caso de Romero, la jinete se accidentó con su caballo en una prueba de resistencia en Francia, lo que la mantuvo varios días en un coma inducido.
El costo de la atención médica y las diversas cirugías que se le practicaron a Romero se lograron cubrir en tierras galas gracias al seguro empresarial con el que contaba su esposo Juan Diego Villegas, de lo contrario no hubiese sido posible costearlos.
“El comité organizador solamente cubrió la atención de Claudia en el lugar. En nuestro caso utilizamos la póliza mía de servicios médicos de la empresa en que trabajo y eso nos ayudó para cubrir los altísimos costos”, dijo Villegas.
El round más cruel. Pero si para Claudia fue trágico, para Alejandro Timón Martínez, la ausencia de un seguro le trajo una ola de problemas a su familia, que hoy, a dos años de su muerte, no recibió ningún tipo de indemnización.
En el 2009 Timón Martínez soportó una serie de golpes en su cabeza que le causaron un derrame cerebral tras perder un combate en México y que lo dejó en estado vegetativo por tres años.
Su padre, Gilberth Martínez, describió lo trágico que fue el hecho de que su hijo no tuviera una póliza de seguro. Además, afirma que Zanfer, empresa que lo llevó a pelear, lo abandonó.
“Todo el mundo lo abandonó. Yo tuve que pedir mucha ayuda a los medios para costear los gastos médicos y traérmelo para acá”, mencionó don Gilberth.
“Existía una indemnización en papel, pero para eso se necesitaba un abogado internacional y yo no tengo los medios para haber luchado por esto”, aseguró.