Sierpe, Ciudad Cortés y Rivas. Los 3.820 metros que tiene el cerro Chirripó se perfilan como los que definirán al ganador del Campeonato Mundial de Aventura que se disputa en el país desde el pasado lunes.
Albert Roca, integrante del equipo sueco Thule, que hasta anoche lideraba la prueba, expresó que la montaña más alta de Costa Rica puede representar el repunte de algunos y la caída de otros.
“Sería conjeturar si decimos algo antes de subir el Chirripó, será ahí donde nos daremos cuenta de cuáles están suficientemente fuertes”, manifestó el español Roca mientras remaba en el río Sierpe.
Roca es parte de un cuarteto del cual la organización no ha facilitado el resto de integrantes.
Ellos comenzaron a tomar protagonismo el martes por la tarde, cuando se pusieron a la cabeza de la prueba junto a Seagate, la agrupación neozelandesa que defiende el título mundial y que lideró las primeras 30 horas de competencia.
Pero las pisadas de Thule se comenzaron a hacer más fuertes y desde ayer, cuando se realizaba la caminata entre Rincón –pueblo de Osa– y Bahía Drake.
En esa sección de trekking (caminata) los suecos le dieron caza a los neozelandeses a cinco kilómetros de terminar y ambos llegaron juntos a montarse al kayac que les llevaría de Drake a Sierpe.
Fue en uno de los canales del río Sierpe, esa serpiente que se extiende por gran parte del Pacífico, que Thule le quitó la cima a Seagate tras una mala decisión de los segundos al tomar una ruta.
Y es que navegar en el Sierpe, lleno de belleza, pero a la vez inmenso y de cuidado, se hace muy complicado cuando cae la noche y se viene la corriente en contra, como les sucedió a estos equipos punteros.
Para los 65 grupos que disputan el Mundial, siete de ellos ticos, las condiciones han sido extremas.
Desde el lunes hay mucha humedad y calor, y por la noche, como ayer, lluvia en el trayecto.
Es por ello que los organizadores de la cita pronostican que el primer cuarteto terminará en seis días, pero dejaron tres días más para que el resto pueda concluir.
Detención obligada. Ante lo desgastante que es una prueba de este tipo, ayer los punteros debieron tomarse cuatro horas de pausa obligada en San Gerardo de Pérez Zeledón, al pie del temido Chirripó.
Allí se detuvieron después de 105 kilómetros de bicicleta de montaña, de Sierpe a San Gerardo.
Para romper la rutina y engañar al cansancio, los organizadores pusieron una prueba de canopy en la parte alta de la Cuesta del Burro, que está en la fila costeña.
Aún falta mucho y los rostros cansados se notan en los equipos, pero la lucha continúa y aún falta el decisivo ascenso al Chirripó.