A las 4:30 p. m. del sábado 25 de febrero, la escaladora costarricense alcanzó los 3.820 metros de la máxima cima del país por segunda vez en ese día. En solo 90 minutos, prácticamente “devoró” el trayecto que muchos realizan en más de dos horas, y sin mostrar el menor signo de agotamiento.
Un clima nublado y lluvioso la recibió en la quinta visita en su vida a ese letrero negro que miles de ticos sueñan con tocar. De puño y letra escribió su nombre en la bitácora que está en la cima. Ahora estaba ahí y en menos de tres meses estará en la cima del mundo.
Como cierre de su preparación para subir el Monte Everest, en mayo próximo, Soto permaneció cuatro días en el principal albergue del Parque Nacional Chirripó, a 3.400 metros de altura.
Ahí recorrió el Valle de los Conejos, la Sabana de los Leones, la laguna Ditkevi y el cerro Ventisqueros, en caminatas que se extendieron durante varias horas.
Soto eligió el Chirripó para culminar su preparación con miras a alcanzar la cima del mundo, por motivos físicos pero, sobre todo, emocionales.
“Este cerro representa mucho para mí. No fue la primera cima que alcancé, pero sí la más importante. En el 2002, lo subí el Chirrió por primera y me gustó mucho, es un lugar mágico. Vine hace unas tres semanas y recogí una piedrita de la cima que la voy a llevar al Everest”, afirmó al pie del letrero.
“Es un ascenso de preparación, cierto, pero para mí es, más que todo, de motivación. De aquí me estoy yendo al Everest, y haber estado en la cumbre de mi país para irme después a la cumbre del mundo, es muy alentador”, añadió.
Su preparación no estuvo concentrada solo en mantener la condición física, recorriendo varios kilómetros al día, sino en aclimatar su cuerpo a alturas y cargas de equipaje cada vez mayores, similares a las que se encontrará en su ascenso al Everest.
Aún así, la escaladora debió ser cuidadosa en cada paso que daba, para evitar que alguna piedra o raíz le provocara una lesión que pudiera dar al traste con su segundo intento de alcanzar los 8.848 metros de la cima más alta del mundo.
Soto ya había intentado escalar la mayor cima del planeta en el 2008, pero un problema respiratorio la obligó a desistir de la proeza cuando se encontraba a 7.200 metros de altura. Sin embargo, lejos de desmotivarse por ello, comenzó con más fuerza la preparación para un segundo ascenso.
“Casi desde el primer momento, he continuado escalando montañas en otros país, como Estados Unidos y Bolivia. Ahora estoy cerrando en mi país, con caminatas en el volcán Poás, el Irazú, el cerro Pico Blanco, y me siento tranquila, sin miedo ni ansiedad”, aseguró.
Soto, de 36 años, regresará al Everest por la ruta de Nepal, la misma de su intento en el 2008. Esta semana volverá a Estados Unidos, donde reside, y viajará el 27 de marzo hacia Katmandú. Desde la base del gigante himalayo, realizará varias caminatas de aclimatación antes de atacar la cima a mediados de mayo próximo.
Toda la expedición desde Katmandú, Nepal, será bajo la logística de la empresa International Mountain Guides (IMG).
“Son tres etapas de aclimatación; en la tercera y última, vamos a subir del Campamento Base al Campamento 1 (6.000 m.s.n.m), de ahí al Campamento 2 (6.400 m) y luego al Campamento 3 (7.350 m.s.n.m); bajamos al Base y hacemos el empuje final para llegar a la cima, que está programada para el 17 de mayo o en cualquier momento a partir de ese día”, concluyó.