Toros perdonó y dejó ir el bicampeonato; Bulldogs se aprovechó y en tiempos extra se convirtió en el nuevo campeón costarricense de futbol americano.
Así se vivió la final de la liga, realizada el sábado pasado y en la que el nuevo campeón ganó 39-36.
El estadio Municipal de Tibás albergó el partido, que se inició a las 5:30 p. m. y se extendió cerca de las 10 p. m. Un partido parejo, emocionante, de golpes y contragolpes, el cual le permitió a los Bulldogs lograr el título de manera invicta, pues desde el 30 de enero, cuando se inició esta segunda temporada de football en Costa Rica, lo ganó todo.
El primer golpe de la noche lo dieron los Toros con una anotación del receptor Ernesto Nieto, a pase de Scott Doherty, mariscal de campo de los excampeones.
No pasó mucho tiempo y llegó el contragolpe, el primero de la final, y que puso en la pizarra un 7-9. Rheinhard Weiss, corredor y estrella de los Bulldogs y figura del partido, anotó el primero de sus cuatro touchdowns.
Las acciones siguieron bajo ese sistema: anotación de Toros y contragolpe de Bulldogs hasta llegar a 26-26. Toros siempre mantuvo la ventaja en el marcador y en la segunda mitad del partido, cuando llevaban 10 puntos de ventaja, gracias a dos anotaciones de Ramírez y a otra más de Nieto, sus rivales, liderados por José López, encontraron espacios para llegar hasta la zona de anotación, sumar de seis (26-22), cumplir con el punto extra y aprovechar la buena puntería de Chacón para empatar con otro gol de campo (tres puntos).
Toros empezó a perder la posibilidad de lograr el bicampeonato ahí, cuando se dejó empatar.
El partido se tuvo que ir a tres tiempos de alargue.
En estas instancias, Nieto se convirtió en héroe y villano.
Luego de un gran partido, interceptó un balón de los Bulldogs y les impidió seguir en ofensiva, pero además, cuando sus Toros estaban en ofensiva, pegó el balón en uno de los postes al intentar sumar y ganar el partido (y el campeonato) con un gol de campo.
Se vino el tercer tiempo extra y los Bulldogs lograron la ventaja definitiva para ser los mejores.
Frente a su afición, los campeones se deshicieron celebrando, abrazados, entre gritos y saboreando su merecido éxito