Mars, de solo 28 años y sobre quien había la duda de si sería capaz de enfrentarse a un escenario de tal calibre, optó por un show directo y contundente.
Tras una breve introducción a cargo de un coro de niños, un espectacular solo de batería sirvió para abrir el fuego y dar paso al gran éxito Locked Out of Heaven .
Impecablemente vestido con una chaqueta dorada, despachó el tema junto a una banda con una amplia sección de viento que se lució en las coreografías.
Sin más dilación, Mars descargó su segundo hit , Treasure , y a continuación demostró su capacidad para fusionar el soul , el pop y el rock integrando en su espectáculo a los Red Hot Chili Peppers.
La banda de Anthony Kiedis y Flea puso a saltar a todo el estadio Metlife con Give it Away .
Los rockeros californianos, a pecho descubierto como manda la tradición, solo necesitaron un par de minutos para demostrar que siguen en buena forma y ceder de nuevo el protagonismo a Mars.
El cantante, nacido en Hawái de un padre mitad puertorriqueño, aminoró el paso para cerrar con una sentida balada introducida con un vídeo homenaje a los miembros de las fuerzas armadas desplegados lejos de sus casas.
Mars, que como es habitual no cobró ni un céntimo por la actuación durante el Super Bowl, dejó un buen sabor de boca en un escenario que en años anteriores había ocupado artistas mucho más consagrados como Beyoncé, Madonna o Bruce Springsteen.
La actuación de Mars incluyó un gran despliegue tecnológico, en el que los leds de los gorros de los espectadores ofrecieron un despliegue de luces muy novedoso.